Cinco años después, el Celta a un paso de primera

  • Cinco años después de protagonizar un doloroso descenso, la misma temporada que el equipo había disputado la Copa de la UEFA, el Celta de Vigo está a un punto de lograr el ansiado retorno a Primera División, un ascenso que se le ha resistido durante toda esta larga travesía por el desierto de la categoría de plata del fútbol español.

Vigo, 28 may.- Cinco años después de protagonizar un doloroso descenso, la misma temporada que el equipo había disputado la Copa de la UEFA, el Celta de Vigo está a un punto de lograr el ansiado retorno a Primera División, un ascenso que se le ha resistido durante toda esta larga travesía por el desierto de la categoría de plata del fútbol español.

Un salto de categoría que el bloque de Paco Herrera logrará si en la última jornada suma, como mínimo, un empate contra el Córdoba en Balaídos, un resultado que también le vale a los andaluces para asegurarse su participación en la promoción de ascenso a la máxima categoría del fútbol español.

Ese retorno a la élite sería el primer gran éxito de Carlos Mouriño como presidente de un club que en los últimos años sólo ha vivido malas noticias, primero el descenso, después la amenaza de la caída a Segunda División B y, posteriormente, la entrada en la Ley Concursal para evitar la quiebra de la entidad.

Desde que a finales de 2008 el equipo cayó a Segunda, por el banquillo de Balaídos han pasado seis entrenadores -Hristo Stoichkov, Juan Ramón López Caro, Antonio López, Alejandro Menéndez, Pepe Murcia y Eusebio Sacristán- hasta que en el verano de 2010 el director deportivo, Miguel Torrecilla, apostó por el veterano Paco Herrera.

El que fuera ayudante de Rafa Benítez en el Liverpool y director deportivo del Espanyol llegó al Celta con un único objetivo: devolver al club vigués a la máxima categoría del fútbol español, un éxito que cerca estuvo de materializar en su primer año.

Pero su equipo, después de desfondarse en el tramo decisivo del campeonato y perder así el ascenso directo, cayó en una cruel tanda de penaltis frente al Granada en la primera eliminatoria de la promoción de ascenso.

Ese verano futbolistas que habían sido indiscutibles para el técnico, como Roberto Trashorras, Michu, López Garai o el portero Ismael Falcón, abandonaron el barco por diferentes motivos tras el palo de Los Cármenes.

Bajas que la dirección deportiva suplió con los fichajes del veterano delantero Mario Bermejo, el centrocampista Natxo Insa, el defensa Carlos Bellvís y las cesiones de Oier Sanjurjo (Osasuna) y el internacional chileno Fabián Orellana (Granada).

Pero la verdadera base de este "histórico" Celta la forman unos canteranos que, liderados por el goleador Iago Aspas, han devuelto la ilusión a una afición que en las últimas temporadas había dado la espalda a su equipo.

Jugadores como el internacional sub21 Hugo Mallo, el lateral izquierdo Roberto Lago, los centrocampistas Alex López y Toni o el internacional venezolano Andrés Túñez, todos con pasado en el filial celeste, han sido determinantes para dejar al Celta a un solo paso de volver a Primera División.

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