Contador reta a Nibali en solitario

  • Alberto Contador no quiere testigos del duelo que se entrevé en el Tour de Francia con el italiano Vincenzo Nibali. Despojado del británico Chris Froome, retirado por sucesión de caídas, el español busca ahora el cara a cara con el transalpino.

Luis Miguel Pascual

Gérardmer (Francia), 12 jul.- Alberto Contador no quiere testigos del duelo que se entrevé en el Tour de Francia con el italiano Vincenzo Nibali. Despojado del británico Chris Froome, retirado por sucesión de caídas, el español busca ahora el cara a cara con el transalpino.

En la primera llegada en altura, en el macizo de los Vosgos, el madrileño puso a trabajar a su equipo, endureció la carrera y acabó atacando en el último puerto, el ascenso a La Mauselaine, apenas 1,8 kilómetros pero provisto de rampas de hasta el 13 %.

La estrategia tuvo como resultado un pelotón agotado en el que solo el líder pudo soportar el ritmo de Contador, decidido a no dejar a Nibali ni un kilómetro de reposo. Que el italiano no pueda descansar sobre el colchón de los dos minutos y medio que consiguió en la etapa de los adoquines.

El líder perdió 3 segundos, el australiano Richie Porte 7, el español Alejandro Valverde 19 y el estadounidense Tejay van Garderen 23 y el danés Jakob Fuglsang 1.45.

Apenas la carretera se ponga cuesta arriba, Contador tratará de poner en problemas a la fortaleza del Astana.

La jornada de Gérardmer, que había comenzado 161 kilómetros antes en Tomblaine, acabó como una noche electoral, con todos los pretendientes con sonrisa de circunstancias y cantando la victoria.

Contador logró tres segundos, "lo que no está nada mal" dado que se trataba de un puerto de tercera categoría, sentenció.

"El objetivo no era distanciar a Nibali sino a otros rivales que están bien en la general y que pueden tener su importancia estratégica en los próximos días", señaló el madrileño.

Su táctica, que le situó segundo en la meta de Gérardmer, solo por detrás del fugado francés Blel Kadri, le llevó hasta la sexta posición de la general, cada vez más cerca del duelo con el líder.

Por delante aun tiene rivales de entidad, como el australiano Richie Porte, nuevo estandarte del Sky, el polaco Michal Kwiatkowski y el español Alejandro Valverde.

Contador se acerca a los puestos altos sin prisa, sabedor de que queda mucho Tour por delante. El lunes, la llegada a La Planche des Belles Filles, de primera categoría, será más selectiva, con cuatro puertos de primera, el último, el que alberga la meta, con casi 6 kilómetros de subida y rampas de hasta el 20 % en su final.

Allí ganó Froome en la única visita del Tour y se verá si los tres segundos que hoy logró Contador son una anécdota o el síntoma de una tendencia.

En el campo de Nibali también se mostraba satisfacción, aunque el gesto mostraba menos euforia. Es cierto que el italiano de descolgó del ganador de los Tour de 2007 y 2009 en un puerto de tercera. Pero el "Tiburón de Messina" se justificó con el argumento de que el tiempo perdido "no fue significativo".

"No es un puerto que se adapte a mis características, es muy explosivo y, pese a todo, he aguantado bien", repitió el italiano, que afrontó las rampas definitivas solo ante el peligro, sin el apoyo de su equipo que se quedó esperando al danés Jakob Fuglsang, descolgado en el segundo puerto.

El escandinavo es segundo de la general y aparece como un buen cortafuegos de Nibali, una bala de recambio en caso de que el vencedor de la Vuelta de 2010 y el Giro de 2013 no soporte la presión de Contador.

Fuglsang, que este año fue quinto en la París-Niza y séptimo en la Vuelta a Romandía, es el primero de los testigos del duelo entre Nibali y Contador que parecen molestar al español.

El siguiente es el australiano Richie Porte, propulsado a la primera parte de la escena y que fue, después de Nibali, el que mejor aguantó los acelerones de Contador.

Su segundo puesto en la Vuelta a Andalucía, por detrás de Alejandro Valverde, y la sólida estructura del Sky son sus principales argumentos.

Valverde es, precisamente, el siguiente de la lista. Llega al Tour en uno de los mejores años de su carrera y con una sólida experiencia en la ronda gala que, hasta ahora, le ha dado la espalda.

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