Durante más de una hora, Rafael Nadal fue vulnerable, humano. Los nervios atenazaron al manacorí, que perdió el primer set. Aparecieron las dudas. La estadística ofrecía un balance apabullante: en los nueve partidos previos ante Juan Martín Del Potro, quien ganó la primera manga se hizo con la victoria final. Pero el número dos del mundo se recuperó del golpe inicial y se deshizo del argentino en el punto decisivo de la Copa Davis. España ya tiene su quinta 'ensaladera'.
El partido de tenis con mayor asistencia de público de la historia -27.700 espectadores- sirvió para cambiar la tendencia en los enfrentamientos entre los dos tenistas. Del Potro perdió el primer servicio del partido pero se asentó más pronto en el choque que Nadal, un frontón móvil que se limitó a devolver los ovuses del argentino. La primera manga se cerró con un doloroso 6-1 en contra.
Con el primer set en contra, el tenis de Nadal comenzó a ser más consistente, aunque muy lejos del juego suficiente con el que ha dominado con puño de hierro la tierra batida desde hace más de un lustro. Del Potro, físicamente mermado tras las cuatro horas y media de partido con Ferrer el viernes, combinaba golpes de ensueño con errores fruto del cansancio. Las dos aficiones, con un comportamiento ejemplar, no dejaron de animar a los dos tenistas durante todo el partido.
Habían pasado cuatro años desde que se vieron las caras por única vez en tierra batida, en la primera ronda de Roland Garros en 2007. Nadal, que venció en tres sets, ya sabía del potencial del coloso de Tandil, que dos años más tarde conquistaría el US Open, deshaciéndose del español en el camino al título. Con esta sufrida victoria, el "cara a cara" se queda en siete a tres, favorable al tenista balear.
La remontada de Nadal combinó hasta cinco juegos en blanco consecutivos al saque con dudas y derechas que devolvía cómodamente Del Potro, aparentemente cansado, con vendajes en sus dos piernas, pero encontrando con maestría las esquinas de la pista con el revés y la derecha. Los baches físicos y mentales del uno los aprovechaba el otro. Finalmente, el español triunfó en un partido de enorme tensión y con más emoción que calidad. Por primera vez, el número dos del mundo define una final de la Copa Davis.
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