Copa del Rey: Carroll, de 0 a 22 puntos en 20 minutos

La afición tardó poco en comprender que Jaycee Carroll era el jugador que más similar a Louis Bullock que había vestido la camiseta del Madrid desde la marcha del irrepetible ‘Dulce Lou’. No en el juego, sino en lo que cuenta para un escolta, ser determinante y anotar. Se quedó sin el premio al jugador más valioso de la Copa del Rey, que fue a parar a manos de un descomunal Sergio Llull, pero dejó para el recuerdo una actuación deslumbrante en el segundo tiempo.

Los muelles de sus pies, el ángulo del codo, hubo algo que falló en el primer y segundo cuartos, en los que Singler, de inicio en pista, sostuvo al equipo con 9 minutos plenos de intensidad y acierto. En la rueda de tiro tras la charla de Pablo Laso de mitad del partido, Carroll comenzó su conversión. Minutos más tarde, reapareció el anotador americano.

Aprendió español en Chile, adonde fue como misionero, pero con el Barcelona no tuvo piedad. Soltó el brazo en el tercer cuarto y comenzó el recital de canastas. 22 puntos -14 en el último parcial- cimentados en su lanzamiento infalible desde el perímetro -3 triples en otros tantos intentos-, penetrando hacia el aro azulgrana para recibir hasta cinco faltas. Acabó la final con la mayor valoración de todos los jugadores, 27, y el regusto que da haber logrado su primer título con el Real Madrid.

Suárez secó a Mickeal

Pablo Laso tenía claro cómo convertir a un peón en rey. En un equipo que destila talento anotador, Carlos Suárez se convirtió en la pieza que anuló a un jugador tan talentoso como imprevisible como Pete Mickeal. El duelo entre el madrileño y el americano se convirtió en una batalla en los dos tableros con primacía del madridista. Percutiendo en la zona, Suárez solo falló en los triples pero encontró en la Copa del Rey el oasis para su irregular temporada.