Copa del Rey: el Athletic exhibe pegada de león

Son 'leones' porque luchan hasta la extenuación, porque los aficionados rugen con los córners y las faltas como el mejor de los equipos ingleses, porque su solidaridad colectiva les hace multiplicarse sobre el campo. Cualidades nobles que encontraron el premio del gol por tres veces en el primer tiempo.

El Athletic salió de caza desde el pitido inicial y aprovechó los nervios de la defensa del Mirandés. Mientras que Pablo Infante y Mújika hilvanaban el juego de ataque del Mirandés, la zaga exhibía demasiados nervios y algún error de comunicación. Aitor Blanco daba la talla y acudía a tapar todos los huecos, pero los rojiblancos olieron la sangre y fueron a por el gol.

Garmendia, en la frontal del área, no acertó a despejar un balón templado por Iraola, De Marcos arrastró a la zaga y Muniain aprovechó para marcar. Herido el rival, el Athletic tranzó la mejor jugada de toda la noche, un ejercicio con balón a los espacios libres desde la banda derecha que culminó Susaeta en el sitio del delantero. No es un nueve, pero el de Eibar se desempeñó con sobrada eficacia.

Se atisbó un intento del Mirandés de levantar la cabeza y plantar cara, aunque fuera solo por responder al empuje de su afición. Aurtenetxe, con un cabezazo pegado a la línea de fondo, castigó de nuevo al equipo burgalés, que se retiraba al descanso con la descorazonadora realidad de haber encajado tres goles en un intervalo de tan solo once minutos.

Aitor Blanco maquilló por dos veces el marcador e hizo justicia con la actitud sobresaliente del Mirandés sobre el campo y en la grada. Pero en el segundo tiempo apareció Llorente con su repertorio. De Marcos le servía la pelota y el riojano definía con una sutil vaselina por encima de Nauzet o ajustando el remate en el segundo palo. Afinando la puntería para la final.