Costinha evoca los diez años de la Champions del Oporto: "Teníamos carácter"

  • A punto de cumplirse diez años de la segunda Champions del Oporto, uno de los nombres que sobresale de ese rocoso equipo dirigido por José Mourinho es el de Costinha, su discreto líder, la voz de mando en el campo: "Teníamos mucho carácter. Cada uno sabía lo que podía hacer".

Antonio Torres del Cerro

Lisboa, 19 may.- A punto de cumplirse diez años de la segunda Champions del Oporto, uno de los nombres que sobresale de ese rocoso equipo dirigido por José Mourinho es el de Costinha, su discreto líder, la voz de mando en el campo: "Teníamos mucho carácter. Cada uno sabía lo que podía hacer".

A pesar de que los capitanes eran sus colegas de la selección portuguesa Jorge Costa y Vítor Baía, Francisco José Rodrigues da Costa (Lisboa, 1974), alias 'Costinha', fue apuntado por Mourinho como el líder espiritual de aquel conjunto guerrillero y solidario en el que sobresalía la clase de Deco.

"La súper estrella era Deco, lo que te daba el extra era él, sin duda, y lo más importante era que ninguno de nosotros le teníamos envidia", asumió en entrevista a Efe el exjugador, que actuó durante su carrera como medio defensivo en clubes como Mónaco, Dinamo de Moscú o Atlético de Madrid.

El rol de Costinha, sin embargo, pasaba desapercibido para el gran público, pero su posicionamiento táctico permitía al equipo atacar con equilibrio y defender mejor.

En la Liga de Campeones 2003-2004, el internacional luso anotó tres goles, uno de ellos fundamental para el exitoso camino de los "dragones", que el año anterior había vencido también con Mourinho la Copa de la UEFA.

Corría el minuto 90 en Old Trafford y el Manchester United de Paul Scholes, Ruud van Nistelrooy y un jovencísimo Cristiano Ronaldo estaba clasificado para los cuartos de final. Un gol del propio Scholes en el 34 era suficiente para los ingleses pese al 2-1 adverso de Do Dragao.

Una falta botada por Bennie Mc Carthy resultó en un rechace de Tim Howard. Costinha cazó el rebote y remató a las redes de primera. Era el primer minuto de la prolongación.

"Hablé con Maniche para cambiarme de posición con él. Le pedí que fuese con Scholes y yo me fui con O'Shea (1,91 metros), al que podría disputarle un balón aéreo", rememoró.

"En el rebote, O'Shea se quedó mirando la pelota y yo la seguí. Si me hubiese quedado en la posición de Maniche no sé si hubiese marcado", explicó.

Aquel tanto, grabado en la memoria del fútbol portugués, provocó otro memorable episodio: la carrera de un eufórico José Mourinho, que recorrió varios metros de la banda como una exhalación.

Desde aquel momento, el Oporto, que se había clasificado en el segundo lugar en la fase de grupos por detrás del Real Madrid de "los Galácticos", firmó un torneo impecable, apoyado en la solidez defensiva y la efectividad en ataque.

Al United le siguió el Olympique de Lyon de Juninho Pernambucano y Michael Essien. Un confortable 2-0 logrado en Do Dragao -tantos de Deco (44) y Ricardo Carvalho (71)- allanó el camino a las semifinales, sellado en Lyon con un 2-2 (doblete de Maniche).

En aquella fase, había caído contra todo pronóstico el Real Madrid de Ronaldo "Fenómeno", Zidane, Roberto Carlos o Raúl frente al Mónaco, a la postre finalista.

Costinha ya se había medido a los españoles en la primera fase con el saldo de un empate y una derrota: "Eran muy buenos (...) No veías ni siquiera el balón", recordó.

En semifinales tocó el Deportivo de La Coruña de Juan Carlos Valerón, Mauro Silva, Diego Tristán y Albert Luque, que acababa de eliminar al Milan con un antológico 4-0 en Riazor.

"Mourinho nos dijo que era un equipo fuerte, que llevaba años juntos", recordó el exfutbolista, hoy reconvertido en entrenador.

En la ida (0-0), el Dépor sufrió dos varapalos en Do Dragao. Una amarilla al brasileño Mauro Silva, que le impedía jugar la vuelta en Riazor, y una roja directa al central portugués Jorge Andrade, colega de selección de la mitad del once del Oporto.

"En una broma con Deco, Andrade finge que le va a golpear, el árbitro (el alemán Markus Merk) se precipita y le saca (a Andrade) roja directa. Se enfadó un poquito con Deco pero el fútbol es así, hay que ser listo", rememoró.

Con esas dos bajas cruciales, Riazor sucumbió primero al marcaje implacable del propio Costinha sobre el talentoso Valerón -"yo era muy agresivo, tenían que saber que ese territorio era mío"- y después a un gol de penalti en el 60 del brasileño Derlei cometido por César, sustituto de Andrade, sobre Deco.

"Había una posibilidad con él (César). Sabíamos que tenía dificultad en darse la vuelta". Y así fue. Cayó en la trampa de Deco, especialista en caracoleos. Derlei, recién recuperado de una lesión de rodilla, tampoco tembló.

"Para mí (Derlei) era un crack, combatía, hacía goles, daba pases decisivos, muy importante para a un equipo", opinó Costinha, quien también atribuyó el éxito de aquel Oporto a la amistad que unía al vestuario y a los golpes psicológicos de Mourinho.

"¿Sabéis lo que los jugadores del Real Madrid tienen más que vosotros? Dinero en el banco. Los del Madrid son hombres como vosotros" o "la pregunta no es si Carlos Alberto conoce a Scholes, la cuestión es que Scholes conozca hoy quién es el Carlos Alberto" (delantero brasileño que entonces tenía 19 años) son arengas que Costinha guarda en la memoria.

La final fue, quizá, el peldaño más plácido de aquel Oporto campeón. Venció al Mónaco, ex equipo de Costinha, por un claro 3-0. El 26 de mayo del 2004 en Gelsenkirchen (Alemania) Carlos Alberto (39), Deco (71) y Dmitri Alenichev (75) dieron la segunda Champions a "los dragones" después de la conseguida en 1987.

Mostrar comentarios