El mejor escribano echa un borrón
Casillas está considerado desde hace tiempo como el mejor portero del mundo. Sus actuaciones en el Real Madrid y con la selección española le han hecho ganarse este “galardón”, pero ante el Zaragoza cometió un fallo al que no nos tiene acostumbrados. Lo que debía ser un despeje cómodo tras un balón en profundidad, se convirtió en una patada al aire que dejó a Uche con la portería despejada (aunque el africano también la pifió y tuvo que ser Lafita el que metiera el esférico entre los tres palos).
El delantero sin gol vio puerta
Lafita protagonizó hace un par de temporadas uno de los culebrones más largos del mercado de traspasos veraniego, una “pelea” entre Deportivo y Zaragoza en la que terminaron los maños recuperando a su canterano. Con la camiseta del club maño ha disputado cien partidos oficiales, pero, pese a ser utilizado mayoritariamente como delantero, sus cifras goleadoras han sido pobres: con los del Bernabéu sumó ocho goles (tal y como apuntó @pedritonumeros en la COPE). Lafita abrió el marcador aprovechando el fallo Casillas, dio pie a que el Madrid se despidiera de la Liga, y puso la puntilla a los blancos finalizando un contragolpe con mucha clase.
El ‘equipo B’ de Mourinho no funcionó
Con el recuerdo de la buena actuación de los suplentes en Valencia, una dura visita que saldaron con una contundente victoria por 3-6, Mourinho decidió volver a dar la oportunidad a jugadores que no están disputando desde el inicio los enfrentamientos ante el Barcelona. Jugadores como Kaká, Higuaín, Canales o Granero fueron titulares ante el Zaragoza, un encuentro de doble filo por ser un supuesto trámite pero en el que no se podían permitir fallar. La apuesta salió mal y sólo Benzemá rindió al nivel esperado: marcó un gol y protagonizó las mejores acciones ofensivas de su equipo.
El Madrid no pudo utilizar su mejor arma: el contragolpe
Precisamente el partido en Mestalla ante el Valencia fue la mejor representación de lo que Mourinho quiere que sea su equipo: un conjunto firme atrás y contundente al contraataque. Fue la máxima expresión de su idea. Su plan ante el Zaragoza era repetirlo, pero el equipo maño ni salió tan cándido como el de Emery, ni cedió tanto terreno libre a la espalda de sus defensas. Además, con el gol a favor gracias al error de Casillas, los de Aguirre pudieron resguardarse atrás y ceder la posesión a los merengues, un regalo envenenado si Xabi Alonso no está sobre el campo.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios