El despertar del atletismo mexicano, ¿motivos para el optimismo?

México consiguió salvar el honor en el atletismo de Rio-2016 el viernes con la plata de María Guadalupe González en los 20 kilómetros marcha, en un día en el que el joven Diego del Real rozó el bronce en el lanzamiento de martillo.

Fue el día del despertar mexicano en el rey de los deportes olímpicos, cuando ya parecía que las oportunidades se evaporaban, a dos días del final de los Juegos.

'Lupita' González llegaba a Rio-2016 con el segundo mejor tiempo del año en su prueba y como ganadora de la última Copa Mundial de marcha por equipos en Roma, el pasado mes de mayo. Y confirmó en la playa de Pontal su estatus de firme opción de medalla.

Fue el primer metal olímpico para México en atletismo desde la plata de Ana Guevara en los 400 metros de Atenas-2004.

Doce años de sequía que se han visto acompañados de resultados decepcionantes en los Mundiales de atletismo, con metales puntuales, los bronces de Éder Sanchez en los 20 kilómetros marcha de Berlín-2009 y de Luis Rivera en salto largo de Moscú-2013.

Unos datos muy pobres para la tercera potencia histórica del atletismo olímpico latinoamericano (ahora 3 oros, 6 platas y 2 bronces).

'Lupita' González tiene 27 años y todavía debería tener varios años al máximo nivel, aunque tras su plata dejó en el aire la posibilidad de una retirada, por los recurrentes problemas físicos que padece.

"No lo sé", respondió cuando le preguntaron directamente si va a seguir compitiendo. "Traigo ya lesiones de tiempo. No sólo me molestan en competencias, sino todos los días. Tengo que hacer una valoración médica para ver si puedo seguir a este nivel, porque para qué vamos a seguir si no podemos", reconoció.

Más probable es ver en un futuro a Diego del Real, de apenas 22 años y gran revelación mexicana en el atletismo este año, con una medalla al cuello en un gran evento.

El viernes estuvo a punto, al ponerse tercero, con un bronce virtual, hasta que el polaco Wojciech Nowicki alcanzó 77,73 metros en el último suspiro y le dejó con la miel en los labios, como cuarto.

"Este año 2016 ha sido un año de saltos para mí. El año que viene será el campeonato del mundo (en agosto en Londres). Ahora me tengo que preparar mejor porque ya no soy de los que buscan, ahora me van a buscar a mí", explicó.

"Los que nos dedicamos a trabajar, o a jalar como decimos allá, estamos dando resultados. Más que sueños, son objetivos. Para mí no es una sorpresa estar en la final", había comentado Diego del Real a la AFP tras superar la ronda clasificatoria.

No fue la única final inesperada que alcanzó México en Rio-2016.

La otra fue en el triple salto para Alberto Álvarez, de 25 años y que también cumplió con muy buena nota, con un noveno puesto que superó con creces las expectativas.

De nuevo, como en el caso de Diego del Real, se apuntó al futuro con cierta esperanza.

"Me voy contento, pero no satisfecho. Creo que con un trabajo de cuatro años podremos lograr un mejor resultado en el futuro", dijo Álvarez, apuntando directamente a Tokio-2020.

Este tímido despertar del gigante dormido tiene motivos también para la cautela.

Uno referido a la marcha masculina, el tradicional buque insignia del atletismo mexicano y donde no se consiguió contar con ningún representante entre los diez primeros en ninguna de las dos pruebas.

Y el otro que apunta a los conflictos entre directivos del atletismo, responsables olímpicos nacionales y la Comisión Nacional del Deporte (Conade) sobre cuestiones de recursos.

"Yo tengo la suerte de prepararme en Alemania y no me afecta mucho, pero espero que las cosas se solucionen pronto por los atletas compañeros que sí dicen que les afecta", deseó el saltador de altura Edgar Rivera, uno de los que no pudo llegar a la final.

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