Dos finales perdidas casi sin competir deslucen una temporada para recordar

  • Dos finales perdidas casi sin competir, la última la Copa del Rey, le han deslucido al Athletic Club de Marcelo Bielsa una temporada que aún así recordará durante muchos años tanto por los logros conseguidos, aunque mal rematados, como por el juego desplegado que ha dejado momentos inolvidables.

Ramón Orosa

Madrid, 25 may.- Dos finales perdidas casi sin competir, la última la Copa del Rey, le han deslucido al Athletic Club de Marcelo Bielsa una temporada que aún así recordará durante muchos años tanto por los logros conseguidos, aunque mal rematados, como por el juego desplegado que ha dejado momentos inolvidables.

Le pasó al equipo bilbaíno en el Vicente Calderón ante el Barcelona algo parecido a lo que le ocurrió en Bucarest frente al Atlético de Madrid 16 días antes, donde se vio superado desde el pitido inicial y no tuvo ninguna opción de triunfo.

Si en la capital rumana era a la media hora cuando ya la victoria era casi una quimera tras dos goles de Falcao, ayer fue en el minuto 25 cuando entre Pedro y Messi le habían dejado claro que otra vez iba a ser que no.

En ambas ocasiones, el conjunto vasco fue abrumado por la fuerte presión a la que fue sometido en campo propio por sus rivales. Aunque en el Calderón el aluvión de oportunidades azulgranas fue muy superior al del Atlético en Estadio Nacional de Bucarest.

En definitiva, dos finales que habían inundado de ilusión a la entregada afición rojiblanca perdidas casi sin poder competir, la máxima de siempre del conjunto rojiblanco: dar la cara siempre, incluso ante los rivales más poderosos.

Algo parecido a lo que ocurrió en 1977, la vez anterior en la que el Athletic llegó a dos finales y las perdió, una en Europa y otra en España. Pero también muy diferente, porque en ambas hizo méritos suficientes como para haber ganado.

Entonces, el Juventus salió vivo de un asedio infernal en San Mamés y el Betis, también en el Calderón y tras empatar las dos veces que se vio abajo en el marcador, acabó ganando por penaltis.

Mal final para el Athletic a una temporada en la que ha dejado un récord de partidos disputados que difícilmente volverá a batir, 63; y otro de encuentros sin marcar ningún gol, los seis últimos. Esa sequía le ha impedido llegar a los 100 goles, un ritmo que llevó durante buena parte del curso. Se ha quedado en 94.

Le ha pasado algo similar a Fernando Llorente, que apuntaba a unir su nombre a los de los grandes goleadores la históricos del club (Zarra, Bata, Dani, Unamuno, Gorostiza, Uriarte) alcanzando los 30 goles. Se ha quedado en 29. Eso sí, batiendo largamente su récord anterior de 23 tantos en una temporada.

Pero pesar de esas dos finales perdidas, de la forma en la que cayó, de la sequía final e incluso de un décimo puesto en un Liga en la que aspiró durante mucho tiempo a la Liga de Campeones, ayer en medio de la debacle y al final del partido los más de 20.000 aficionados rojiblancos presentes en el estadio atlético cantaban a coro, desgañitándose, "Bielsa, quédate, Bielsa quédate".

Y es que la afición del Athletic se ha enamorado del técnico argentino, al que agradecerá eternamente momentos como los de la eliminatoria ante el Manchester United. El Athletic no solo venció a los de Sir Alex Ferguson, sino que lo hizo ganándole los dos partidos y exhibiendo un fútbol que asombró al mundo y quedará en la retina durante décadas.

Algún jugador significado en el vestuario rojiblanco confesó tras el choque de Old Trafford que "dentro de 50 años, a los que sobrevivan o sobrevivamos, nos preguntarán por este partido".

Una frase que refleja de manera diáfana el poso que Bielsa está dejando en Bilbao, una ciudad que adora el fútbol y que ha cumplido en esta Liga Europa el sueño largamente deseado de protagonismo internacional con su singular idiosincrasia.

No ha acabado bien el curso con el de Rosario, pero el Athletic quiere más Bielsa. Ahora solo falta que el técnico argentino responda igual y dé el sí que Josu Urrutia está esperando.

Una respuesta afirmativa de 'El loco' tornaría lo que ahora es todo decepción en nueva ilusión de cara a un año futbolístico en el que el club bilbaíno tiene asegurado su regreso a Europa.

Aunque haber perdido las dos finales le obligará a adelantar enormemente ese regreso, al 2 de agosto. Cuando probablemente alguna de sus piezas más importantes estén en los Juegos Olímpicos y otras, las que hayan ido a la Eurocopa, con poco tiempo de descanso.

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