Hasta el rabo todo es toro. Este dicho popular es el resumen del partido que disputaron el Betis y el Valencia. Con el "clásico" de fondo, apareció Rubén Castro para salvar a su entrenador de una destitución casi segura. El canario Rubén Castro anotó dos tantos (91' y 94') para logar una victoria, que no se producía desde la jornada quinta.
Pepe Mel sabía que si no lograba un resultado positivo frente al Valencia su puesto estaba más en entredicho que nunca. Después de doce jornadas parecía que no quedaba nada de aquel equipo que sorprendió en un inicio demoledor, sumando cuatro victorias en los cuatro primeros partidos de liga.
Con el gol de Dorando en propia meta los fantasmas estaban más cerca que nunca del banquillo verdiblanco. Pasaban los minutos y Mel se veía fuera de su querido Betis, con el que ascendió en una proeza inimaginable la temporada pasada. Pero apareció el jugador más rentable del equipo verdiblanco, Rubén Castro (sus goles han valido para lograr 9 de los 16 puntos que tiene en liga) para dar la vuelta al marcador en tan solo tres minutos y así llevar la tranquilidad al Benito Villamarín.
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