El Barcelona no quiere (ni puede) volver a fallar ante el Caja Laboral

En el primer partido, el Barça fue un equipo desconocido que no reaccionó al plan que tenía Dusko Ivanovic. Los de Xavi Pascual contuvieron en defensa a los vitorianos, pero estuvieron desacertados en ataque, puesto que anotaron sólo 58 puntos.

Por una vez, los azulgrana no encontraron soluciones tácticas. Sufrieron en el rebote y en la defensa de Thiago Splitter, pero sobre todo en los lanzamientos. Firmaron los catalanes unos malos porcentajes de tiro (38 por ciento en tiros de dos, 30 en triples) y nunca se sintieron a gusto en la pista.

Lo curioso es que cuando parecía que lo peor había pasado para los de Pascual, después de haber remontado un 0-12 inicial y haberse situado 48-41 en los minutos finales del tercer cuarto, los diez minutos finales arruinaron el trabajo realizado.

La clave del partido estuvo en que, en ataque, el Barça sólo tuvo a dos jugadores acertados: Juan Carlos Navarro y Boniface N'Dong. Navarro anotó diecisiete puntos y repartió tres asistencias; el senegalés fue el mejor, con doce puntos y siete rebotes.

El problema para los catalanes fue la inconsistencia general de un equipo que lo ha ganado todo esta temporada. Los números de Ricky Rubio (3 puntos, -6 de valoración), Fran Vázquez (3,4), Morris (2, -1), Sada (0, -2) y Mickeal (5,4) demuestran que el Barça estuvo muy por debajo de sus prestaciones.

Seguramente el motivo fue haber cerrado demasiado pronto su pase a la final, lo cual ha supuesto que el Barça haya estado diez días sin jugar, entrenándose y esperando rival para disputarse el título. Al menos así lo dijo tras el partido Xavi Pascual: "Por desgracia, creo que los diez días sin jugar los hemos notado mucho. Sabíamos que nos podía afectar y al final así ha sido".

El partido del sábado es el segundo de la serie final. Ahora la ventaja es del Caja Laboral, ya que los 'baskonistas' le han dado la vuelta al factor cancha y tienen la posibilidad de resolver la final de la Liga en su pista.