El Barcelona sentencia la Liga con los suplentes

¿Influyó la derrota del Real Madrid en la alineación que sacó Pep Guardiola en El Madrigal? Quizá no se sepa nunca, pero parece evidente que Lionel Messi hubiera sido titular si el equipo hubiera necesitado ganar al Villarreal para mantener los cinco puntos de ventaja. El argentino salió en la segunda parte y demostró que está bien de forma y que sus problemas físicos son historia.

La visita al campo del tercer clasificado parecía dificilísima, pero el 'submarino amarillo' fue un pálido reflejo del equipo que tantas simpatías genera en la Liga por su buen futbol. Los futbolistas de Juan Carlos Garrido pudieron marcar dos goles en los primeros minutos y luego se diluyeron como un azucarillo. Ni siquiera pudieron disputar el balón a un equipo plagado de reservas.

El once titular del Barcelona tenía dos bajas en defensa, Puyol y Abidal, un centro del campo inédito formado por Mascherano y el canterano Thiago, y un atacante que ha disputado pocos minutos, Afellay. Ni Messi, ni Xavi Hernández, ni Pedro… Pero dio igual. El equipo azulgrana es una máquina tan bien engrasada que juegue quien juegue, el equipo acaba ganando. Aunque las ausencias se notaron, sobre todo en la primera parte.

El Barcelona empezó dubitativo y dejó 45 minutos insustanciales. Thiago, un canterano de muchísima proyección, todavía no es Xavi, y Mascherano tampoco es Busquets, el escudero de lujo en el centro del campo. El movimiento del balón era lento y poco fluido, y en ataque los problemas se multiplicaban. Afellay parece fuera de sitio cada vez que juega. Su calidad es indudable, pero también lo es que su presencia ofensiva es poco relevante. Villa, por su parte, apenas entró en contacto con el balón.

Messi da otro aire al Barcelona

Después del descanso, el líder metió una velocidad más al partido, sobre todo con la entrada al campo de Messi. La posibilidad de sentenciar la Liga estaba ahí y era demasiado golosa para desaprovecharla. Con el monopolio del esférico ante un rival que se conformaba con el punto del empate, empezaron a llegar las ocasiones en el área del Diego López, y cuando los azulgranas generan ocasiones, el gol cae tarde o temprano.

Lo consiguió Piqué en el minuto 67, quizá ayudándose con el brazo, y los aficionados culés pudieron cantar aquello de "campeones, campeones" y otras cosas dedicadas a José Mourinho, el entrenador del Real Madrid. Todavía hubo tiempo para que Valdés evitara el empate con una parada sensacional a remate a bocajarro de Cazorla. La Liga ya tiene dueño, ocho puntos de ventaja cuando quedan ocho encuentros son muchísimos, y, cosas del fútbol, ha quedado vista para sentencia en la jornada menos proclive a que pasara eso. Es lo que tiene hacer las cuentas de la lechera.