El cerco se estrecha alrededor del atletismo keniano

  • ¿El atletismo keniano seguirá la misma suerte que el ruso? El cerco se estrecha alrededor del país africano por sus practicas dopantes y este lunes la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) de sus tres principales responsables federativos, entre ellos su presidente, Isaiah Kiplagat.

La Comisión de Ética de la IAAF anunció este lunes la suspensión provisional de tres responsables de la Federación de Kenia (AK) "en aras a la integridad del deporte": son el presidente, Isaiah Kiplagat, el vicepresidente David Okeyo, que es además miembro del consejo de la IAAF, el gobierno del organismo internacional, y Joseph Kinyua, tesorero de la AK.

Los tres responsables fueron suspendidos de todas sus funciones, tanto en la AK como en la IAAF.

Estas medidas llegan a raíz del análisis de las quejas interpuestas ante la comisión, referidas a dos aspectos particulares: "La potencial perversión el proceso de control antidopaje en Kenia y el desvío potencial de fondos recibidos por la AK de manos de (el fabricante de equipamiento deportivo) Nike", desvela la Comisión de ética en un comunicado.

El presidente Isaiah Iplagat está igualmente acusado de haber recibido supuestamente "dos vehículos motorizados de parte de la Federación de Catar de Atletismo entre 2014 y 2015".

Por el momento, son estos tres responsables los que pagan los platos rotos por la situación y no el conjunto del atletismo keniano, como sí le ha pasado al ruso, excluido de cualquier competición internacional hasta nueva orden, lo que, de no haber cambios, impediría a los atletas rusos participar en Rio-2016.

El consejo de la IAAF, reunido el pasado viernes, se centró en la situación del atletismo ruso, dejando por ahora al margen a Kenia.

"Kenia tiene un verdadero problema. Si no trabajan en serio (en la lucha contra el dopaje), creo que alguien tendrá que hacerlo por ellos", advirtió Dick Pound, presidente de la comisión de investigación de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que denunció las prácticas en Rusia.

Un reportaje de la cadena de televisión alemana ARD, donde se denunció por primera vez el sistema de dopaje generalizado en Rusia, también puso en la diana a los atletas kenianos, que dominan desde hace décadas las pruebas de semifondo y fondo en el atletismo mundial.

Esta comisión de investigación de la AMA debe publicar a principios de 2016 la segunda parte de su informe, cuyas conclusiones podrían ser devastadoras para Kenia y la IAAF.

"Cuando hagamos públicas esas informaciones, se producirá un efecto sideral. Creo que la gente se preguntará cómo pudo ser posible. Es una completa traición a lo que la gente encargada del deporte debería haber hecho", criticó el propio Pound en la prensa británica.

Kenia no tardó en reaccionar. El 13 de noviembre, algunas horas antes de la suspensión de Rusia, el país anunció la creación "inmediata" de una nueva agencia nacional antidopaje, que "cooperará" con la AMA, "en sus actividades de lucha contra el dopaje".

El sábado, Kenia mostró una nueva carta al castigar con cuatro años de suspensión a Emily Chebet, doble campeona del mundo de cross (2010 y 2013), por el uso de furosemida, un producto prohibido. En total siete atletas del país fueron suspendidas entre dos y cuatro años.

Estas medidas suceden a la suspensión por dos años en enero de la estrella keniana de maratón Rita Jeptoo, que dio positivo por eritropoyetina (EPO). Y a las de las velocistas Koki Manunga (400 m vallas) y Joyce Zakary (400 m), que dieron positivo en agosto durante los Mundiales de Pekín, en los que Kenia finalizó por primera vez en el primer puesto del medallero (7 oros, 6 platas y 3 bronces).

El movimiento de rebeldía parece más afianzado en Kenia que en Rusia, donde la ley del silencio parece difícil de combatir.

Más de medio centenar de atletas irrumpieron la semana pasada durante dos días seguidos en la sede de la Federación Keniana (AK) en Nairobi, reclamando la expulsión de los funcionarios acusados de corrupción así como la realización de un examen en profundidad de las acusaciones de dopaje.

Finalmente cesaron de su empeño al ser informados de que sus quejas serían escuchadas.

"Los atletas querían hacerse escuchar manifestándose. Querían obtener el derecho a participar en la gestión de su deporte", afirmó Wilsong Kipsang, presidente de la Asociación de Atletas Profesionales de Kenia (PAAK) y antiguo récord del mundo de maratón (2h03:23, en 2013).

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