Guillermo Ximenis
Londres, 15 mar.- La eliminación hoy en Bilbao del Manchester United en los octavos de final de la Liga Europa supone uno de los peores resultados internacionales de los de Alex Ferguson desde mediados de los años 90.
Los tres veces ganadores de la Liga de Campeones partían como favoritos en la segunda competición continental después de caer en la fase de grupos de la Champions, pero se estrellaron contra el equipo vasco y deben aferrarse ahora a la Premier League para tratar de salvar una temporada ardua para el técnico escocés y los suyos.
Tras caer en Old Trafford por 2-3 en la ida, el 8 de marzo, el United llegaba a San Mamés obligado a superar en casa a un Bilbao que esta noche volvió a dominar un partido en el que los de Ferguson acabaron desquiciados ante el juego ofensivo planteado por el técnico Marcelo Bielsa (2-1).
En los 25 años que lleva en el banquillo de los "diablos rojos", el escocés ha construido un equipo temido en Europa, que ha ganado dos de las cuatro finales de Champions que ha jugado, la última de ellas en Wembley, que perdió frente al Barcelona el año pasado.
En tan solo un año, sin embargo, parece haberse abierto un abismo entre el United y el equipo que entrena Pep Guardiola, que asombró al continente en el último partido europeo marcando siete goles al Leverkusen.
La familia estadounidense Glazer compró el club en 2005 y, para preocupación de los aficionados, ha evitado desde entonces acometer una renovación profunda de una plantilla cuya media de edad es cada vez más elevada.
El banquillo con el que cuenta Ferguson es tan corto que el escocés ha recuperado esta temporada a Paul Scholes, de 37 años, cuando ya había anunciado su retirada del fútbol, y sigue contando con Ryan Giggs, de 38, a pesar de que ninguno de los dos conserva las condiciones físicas adecuadas para entrenar todos los días con sus compañeros.
Hasta ahora, la principal baza del United esta temporada ha sido el inglés Wayne Rooney, máximo goleador del equipo con 27 tantos.
La inspiración del delantero ha resultado clave en numerosas ocasiones este año para que los "diablos rojos" ganaran partidos que habían quedado atascados, pero, en esta ocasión, el gol del inglés a diez minutos del final no fue suficiente para remontar el choque.
La eliminación retrotrae a los aficionados del United a 1996, cuando su equipo cayó en la primera ronda de la antigua Copa de la Uefa ante el ruso Rotor Volgogrado.
Desde entonces, los "diablos rojos" no habían vuelto a verse relegados a la segunda competición europea y no habían dejado pasar un curso sin avanzar en las eliminatorias de la Liga de Campeones, con excepción de la temporada 2005-2006, cuando el grupo del español Villarreal, el Benfica portugués y el francés Lille fue demasiado para los de Alex Ferguson.
Para ahuyentar la crisis, Ferguson confía ahora en mantenerse al frente de la liga inglesa en las diez jornadas que restan de campeonato, un puesto hasta el que se alzó la semana pasada, a pesar del juego gris que ha desplegado el equipo en los últimos tiempos, al adelantar a sus vecinos del Manchester City.
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