El dilema de Valero

  • Sin apenas tiempo para disfrutar de la consecución del billete para los Juegos de Londres, el seleccionador español de balonmano, Valero Rivera, ya daba vueltas a la lista de jugadores con los que tratará de alcanzar el reto que se ha marcado en la capital británica: disputar la final olímpica.

Javier Villanueva

Madrid, 9 abr.- Sin apenas tiempo para disfrutar de la consecución del billete para los Juegos de Londres, el seleccionador español de balonmano, Valero Rivera, ya daba vueltas a la lista de jugadores con los que tratará de alcanzar el reto que se ha marcado en la capital británica: disputar la final olímpica.

Una lista que le exigirá tomar, como el mismo reconoció, decisiones "muy duras y tristes", obligado como está a reducir a tan sólo catorce jugadores, dos menos que en cualquier otra gran competición, la nómina de internacionales.

Todo un dilema para el seleccionador, que no para de hablar maravillas de un grupo, que sí destaca por algo, es por su sacrificio y capacidad de trabajo, los dos pilares sobre los que se sustentan los recientes éxitos del equipo español.

"Quizá no tenemos superestrellas como otros equipos, pero sí tenemos jugadores de calidad que se comportan como si fueran jugadores de trabajo", explicó Rivera, que no se cansa de alabar el compromiso de sus pupilos.

Una entrega por la que Valero Rivera no podrá premiar a todos los integrantes del nutrido grupo de internacionales que han acompañado al seleccionador en el largo y no siempre plácido camino, que se inició hace ya casi cuatro años con la llegada del aragonés al banquillo español.

Pero si algo ha demostrado el seleccionador es que no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones, si lo considera oportuno por el bien del equipo, como ya quedó claro en el preolímpico de Alicante, para el que Rivera prescindió por decisión técnica de dos pesos pesados como Iker Romero y Juanín García.

"Independientemente de lo políticamente correcto, tomaré honestamente las decisiones que deba tomar", advirtió tras certificar la clasificación olímpica el preparador español.

Un equipo olímpico que saldrá de la terna de diecinueve jugadores con la que tiene intención de afrontar las cinco semanas de preparación para los Juegos, y en la que tienen segura su presencia, salvo lesión, los porteros José Javier Hombrados, Arpad Sterbik y José Manuel Sierra.

Circunstancia que reducirá a tan sólo dieciséis jugadores de campo la lista previa, en la que la gran duda es si estará el lateral húngaro del Barcelona Laszlo Nagy, inmerso en pleno proceso de nacionalización.

Una posible incorporación, que si bien permitiría a España dar un salto de calidad, obligaría a Rivera a prescindir de alguno de los jugadores que llevaron a la selección a colgarse el bronce en el Mundial de Suecia 2001 y a disputar las semifinales en el Europeo de Serbia el pasado mes de enero.

Éxitos que complican todavía más si cabe la decisión del seleccionador, que si como todo hace indicar apostará por la presencia de dos porteros en Londres, únicamente tendrá doce plazas disponibles para completar el equipo.

Un reducidísimo número que abre las puertas a las más diversas combinaciones, aunque eso sí todas marcadas por la polivalencia de los elegidos, dada la dureza de un torneo en el que España tendrá que disputar ocho partidos en apenas dos semanas, si como ansía Rivera, la selección alcanza por primera vez en su historia la final olímpica.

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