El dominio de Loeb y Peugeot en el Dakar, a prueba ante la esperada llegada de las dunas

  • El francés Sébastien Loeb está demostrando en su primer Rally Dakar que es el rival a batir después de alzarse con tres triunfos con su Peugeot, que domina la prueba con un pleno de seis victorias en seis etapas tras la primera semana de competición.

Ahora, el nueve veces campeón del mundo de rallies y el fabricante galo encararán un desafío mucho más duro sobre la arena y las peligrosas dunas del Dakar.

Peugeot, tras un cuarto de siglo de ausencia, regresó a la carrera el año pasado, cuando no conoció el gusto de la victoria y su mejor auto no se coló ni entre los 10 primeros. Peterhansel acabó undécimo. Este, la marca del león se ha transformado en un ogro: ha ganado las seis primeras etapas (excepto el prólogo) y ocupa las tres plazas del podio de la clasificación general con Sébastien Loeb a la cabeza, por delante de Peterhansel y el español Carlos Sainz, segundo y tercero respectivamente.

El primer balance "va muy por encima de nuestras expectativas", lanzó el jefe de Peugeot Sports, Bruno Famin, que quiere mantenerse de todas formas "extremadamente prudente".

Estrella incontestable de esta primera semana, Loeb, acompañado de su copiloto de siempre, Daniel Elena, ha aprovechado a las mil maravillas un terreno particularmente favorable a sus cualidades de piloto de rally para estar por delante de sus perseguidores a mitad de la carrera.

"Sinceramente no pensaba estar en cabeza a la mitad del Rally. Esperaba tener un buen ritmo en las especiales tipo WRC pero pensaba que a nivel de navegación sería más bien complicado, que cometeríamos más errores", comentó Loeb el domingo.

La primera semana, que estaba inicialmente prevista en las tramposas dunas peruanas pero fue reubicada a contracorriente después de que el país desistiera de organizarla, se corre sobre el suelo argentino que Loeb tan bien conoce.

Ahora la única duda es comprobar si el alsaciano va a ser capaz de mantener esta cadencia hasta Rosario, el próximo sábado.

Un sentimiento generalizado flota en el ambiente de los pilotos estos días, resumido a la perfección por Peterhansel: "Es un Dakar fácil".

"Es pista, pista, pista", describió con un tono frustrado. "No tenemos la impresión de haber sufrido demasiado...".

"Aún no hemos hecho de verdad rally-raid (navegación, resistencia, seguridad)", estimó igualmente durante la noche de la cuarta etapa Matthieu Baumel, el copiloto del catarí Nasser Al-Attiyah (Mini), esperando "el verdadero Dakar en la segunda semana".

En medio de la competición, el 83% de los vehículos siguen en liza, un número mucho mayor que el de 2015, cuando cerca del 40% ya se había retirado. Sólo 14,6% de las motos han dicho adiós, por el 20,9% de los autos.

"Sabíamos que la primera semana serían pistas rápidas, pilotaje, sin verdadera navegación", reconoció el director de la carrera, Etienne Lavigne, en los micros de RMC el domingo.

Pero desde este lunes, la primeras dunas ya se vislumbrarán en el horizonte.

Esta semana "va a ser totalmente diferente, mucho más en consonancia con el espíritu del Dakar, con etapas de dunas, tierra y una gran parte de navegación", explicó Lavigne.

"Los pilotos históricos del rally-raid van a poder mostrarse mucho más que en la primera semana", anticipó.

El punto álgido llegará el miércoles con las dunas de Fiambala, en los contrafuertes de la Cordillera de Los Andes.

Mientras Peterhansel estima que para Peugeot "la clave será la fiabilidad de los autos", Loeb sabe que es un nuevo desafío el que le espera a partir del lunes.

"Llegamos al terreno de los especialistas. Vamos a descubrir de verdad el ritmo fuera de pista, a circular a través de las dunas, por agujeros y niebla", detalló.

"Hay mucho que perder", añadió, especificando los dos mayores peligros: quedarse atrapado en la arena y perderse. "Sé que hay que evitar estas trampas pero no sé cómo hacerlo", concluyó.

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