El equipo que pagaba por lesionar a los contrarios

  • Estados Unidos se echa las manos a la cabeza por las revelaciones sobre el equipo de fútbol americano de la Universidad de Miami. Un mecenas que ahora está en la cárcel pagaba de todo a jugadores que no pueden cobrar. Los detalles son el escándalo del momento.
Quique Peinado

Los norteamericanos encuentran un reducto de honradez en el deporte con las competiciones universitarias. Los torneos de la NCAA en baloncesto o fútbol americano son seguidos por todo el país: los aficionados admiran la ilusión de jugadores que defienden la camiseta de sus ‘colleges’ sin más incentivo que el amor por los colores.

Por eso, cada escándalo en el deporte universitario es percibido como un gran roto en la pureza del deporte amateur. Lo que está ocurriendo estos días con las revelaciones de Yahoo! sobre la Universidad de Miami es, sin duda, el escándalo deportivo de los últimos años.

El trabajo de casi un año de Charles Robinson, el periodista de Yahoo!, ha revelado un sistema de corrupción masiva en el equipo.

Nevin Shapiro es un conocido estafador que cumple condena de 20 años en prisión por defraudar nada menos que 930 millones de dólares. Antes de conocerse sus negocios turbios, fue uno de los más generosos donantes de la Universidad de Miami. Contribuía al programa con decenas de miles de dólares y, a cambio, tenía acceso total a sus chicos favoritos: los jugadores del equipo de fútbol americano.

Éstos, que no pueden recibir ningún incentivo económico ni regalo por jugar, poco a poco se dejaron corromper: fiestas en la casa y el yate del millonario, viajes y cenas pagadas, joyas, dinero en metálico, prostitutas pagadas a los jugadores e, incluso, Shapiro llegó a sufragar un aborto a una chica a la que un jugador había dejado embarazada…

Pero una de las cosas que más ha destrozado los anhelos de los fans ha sido el hecho de que el mecenas delincuente pagara bonus a los jugadores por determinados objetivos en los partidos… incluidos algunos por lesionar a determinados rivales.

Era tal el grado de control que Shapiro ejercía en el equipo y lo bien considerado que estaba por la los rectores, agradecidos a sus donaciones, que resulta complicado pensar que nadie estuvieran al tanto de lo que ocurría. Eso sí, desde que se conoció la información la universidad está colaborando en todo con la policía.

La denuncia de Yahoo!, contrastada con cientos de documentos y tras 100 horas de conversaciones en la cárcel con Shapiro, deja pocas dudas de su veracidad. Ahora, la NCAA se plantea la sanción más ejemplar posible: la llamada ‘death penalty’ (‘pena de muerte’); Suspender el programa deportivo de la universidad durante un año, algo que sólo ha ocurrido una vez en la historia.

 

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