El Esperance Sportive, tras la senda de Mazembe

  • El Esperance Sportive de Túnez pretende reivindicar el poder del fútbol africano y ocupar su espacio en el Mundial de Clubes, a pesar del potencial de los representantes Europeos, el Barcelona y el Americano, el Santos, que acaparan la perspectiva del éxito en la competición.

Redacción deportes, 7 dic.- El Esperance Sportive de Túnez pretende reivindicar el poder del fútbol africano y ocupar su espacio en el Mundial de Clubes, a pesar del potencial de los representantes Europeos, el Barcelona y el Americano, el Santos, que acaparan la perspectiva del éxito en la competición.

El Esperance, campeón de la Liga de Campeones de África, es la baza africana para el torneo, que confía en situar a su representante en la final del Mundial de Clubes por segundo año consecutivo.

El ejemplo del Mazembe guineano, que el pasado año apartó de la final al Internacional de Porto Alegre de Brasil, es la línea a seguir por el grupo que entrena el tunecino Nabil Maaloul.

Es el Esperance un histórico del fútbol africano. Fundado en 1919 adoptó el nombre de la cafetería donde se celebraron las reuniones de su fundación, "L'Espérance".

En su palmarés cuenta con 24 títulos de la Liga Tunecina, 14 de la Copa del Presidente y dos de la Supercopa, como éxitos nacionales. Internacionalmente, posee dos triunfos en la Liga de Campeones africana, uno de Recopa, uno de Supercopa y dos Ligas de Campeones árabes.

En los últimos años ha impuesto su autoridad. Su cosecha ha sido espectacular. En veinte temporadas ha conquistado nada menos que 14 ligas, siete copas y dos supercopas de Túnez.

No obstante, su explosión en las competiciones continentales ha sido más reciente. Llegó con la conquista de la Liga de Campeones Africana, donde superó, a doble partido, al Wiyad Casablanca marroquí por un ajustado global de 1-0.

La disciplina es la principal virtud de este bloque, centrado en la actitud defensiva. No encajó gol alguno en los tres últimos encuentros de la Liga de Campeones. Está hecho para competir.

El ataque está sostenido por el talento del camerunés Yannick Ndjeng y del ghanés Harrison Afful. El meta Moez Ben Cherifa, el defensa Harrison Afful y los centrocampistas Khaled Korbi y Oussama Darragi son otros de los bastiones del Esperance.

La transcendencia y repercusión de una competición como el Mundial de Clubes, en el que es debutante el Esperance, puede ser un contratiempo para el conjunto tunecino, especialmente fuerte y sólido como local, aspecto que le ha proporcionado gran parte de sus éxitos.

El conjunto de Nabil Maaloul entrará en acción el 11 de diciembre, contra el Al-Sadd qatarí en los cuartos de final. La victoria le pondrá de cara, en semifinales, contra el Barcelona, donde espera rentabilizar la proyección de su rival para dar hacerse notar en el mundo.

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