El FC Barcelona es el rey de copas. Y también es el rey de las pitadas al himno nacional. Sobre el césped de un estadio y sobre el parqué de una cancha de baloncesto. Faltan dos meses para la final de la Copa del Rey que disputarán el conjunto catalán y el Athletic Club de Bilbao en mayo y la más que previsible protesta soberanista con el añadido del début de Felipe VI presidiendo el encuentro como Jefe del Estado ya han trascendido al deporte para entrar de lleno en la arena de la política.
No en vano, horas después de conocerse el duelo entre vascos y culés en la final, el diario deportivo catalán L´Sportiu titulaba en portada "Copa de las Naciones".
Sin embargo, las pitadas al rey y al himno nacional no son algo nuevo. Es más, a medida que el nacionalismo catalán ha ido intensificando sus demandas secesionistas, la presencia del FC Barcelona -mes que un club- en una de las fiestas del fútbol español ha ido acompañada de agravios en las gradas. Si juega el Barça, la pitada al himno nacional está garantizada.La mayor pitada de la historia
Es en 2012 en el estadio de Mestalla en Valencia cuando los pitos alcanzan la máxima resonancia mediática. Curiosamente escenario, final de la Copa del Rey del fútbol, y contendientes en liza, Athletic Club de Bilbao y FC Barcelona, eran los mismos. El entonces príncipe Felipe, que presidió aquel encuentro por el delicado estado de salud del Rey Juan Carlos, escuchó la que probablemente es la mayor pitada de la historia de nuestro balompié. Asimismo, el intento de Televisión Española por acallar durante la retransmisión en directo el sonido de la protesta no hizo sino avivar la polémica.
En 2009 los mismos equipos volvieron a disputarse el título en el mismo escenario. En ambas ocasiones el Barça goleó a los leones y en ambas ocasiones los pitos al himno nacional silenciarion la Marcha Real.
El Real Madrid también tuvo que padecer los pitos
Con el paréntesis de 2013 (al disputar la final Real Madrid y Atlético en el Santiago Bernabéu) durante la temporada pasada el Clásico del fútbol español en el último encuentro de la Copa del Rey, también en Mestalla y en esta ocasión en presencia de Don Juan Carlos, será recordado por el antológico gol de Gareth Bale... y por la pitada al himno nacional protagonizada por la mayoría de la afición azulgrana, con los jugadores del Real Madrid como testigos.
Sin embargo ésta tampoco resultó una experiencia novedosa para madridistas y culés. De nuevo en Mestalla Real Madrid y FC Barcelona se citaron para disputar la final de la Copa del Rey. El Clásico del fútbol español dio paso al otro 'clásico' de las finales cuando juega el Barça, la pitada al himno nacional. El Madrid de Mourinho ganó en la prórroga con un gol de Cristiano Ronaldo.
Pitadas en la Copa del Rey de Baloncesto
Que la finalísima abandone los monumentales graderíos de un estadio para trasladarse a una cancha de baloncesto no es óbice para que se dejen de escuchar pitos al Rey y al Himno de España.
Por primera vez desde 2001 los Reyes asistían en 2010 a una final de Copa del Reyde Baloncesto como máximas autoridades en el palco. La pitada al himno español y a sus majestades fue mayoritaria en el Bizkaia Arena de Barakaldo en los prolegómenos de la final entre el Barcelona y el Real Madrid.
De nuevo el rey don Juan Carlos y la versión reducida del himno español que sonó por megafonía en la final de 2013 disputada en el Fernando Buesa Arena de Vitoria con la presencia del FC Barcelona y el Valencia Basket sufrieron una monumental pitada de la afición azulgrana. A su lado, el lehendakari Iñigo Urkullu escuchó impertérrito los pitos. El monarca volvía a presidir una final copera dos años después de la última disputada en Madrid, ya que la temporada pasada se ausentó de la final celebrada en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Y Canarías silenció la pitada
En la última final de la Copa del Rey de baloncesto disputada en el Gran Canaria Arena entre Real Madrid y Barcelona también se escucharon pitos desde el graderío ocupado por los culés... que sin embargo fueron acallados por primera vezcon aplausos y una ovación final de la afición local con el apoyo de la hinchada madridista.
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