Girona, 11 mar.- El Girona, que sigue mostrando caras radicalmente diferentes en los partidos que juega en casa y los que juega fuera, sacó partido este domingo de su fortaleza en Montilivi para mantenerse en puestos de promoción gracias a un triunfo vibrante frente al Huesca.
La plantilla gerundense llegaba tras el varapalo vivido una semana antes en El Molinón (4-0) y, una vez más, cambió absolutamente su imagen para afrontar un partido que dominó, pese a que el rival se adelantó en el marcador a los trece minutos de juego.
"Hicimos una primera parte espectacular, a pesar de que el Huesca nos apretó mucho", explica el técnico Joan Francesc Ferrer, Rubi, quién cree que la inferioridad numérica de la segunda parte le dio al encuentro "un plus de emoción y sufrimiento".
El portero Dani Mallo tuvo un especial protagonismo, sobre todo después de parar un penalti y de poner una mano milagrosa en el minuto 93 cuando el balón se colaba por la escuadra.
"Es fruto del trabajo que hacemos toda la semana con los técnicos y sabía donde podía tirar el penalti Camacho", asegura Mallo.
La victoria permite que el Girona mantenga la cuarta posición en la tabla clasificatoria y que tenga cuatro puntos de ventaja respecto a los equipos que no entran en los puestos de promoción de ascenso.
El club catalán se centrará esta semana en el recurso a la segunda tarjeta amarilla que vio el central Miguel González, Migue, que de no prosperar haría que se perdiera el próximo partido en el campo del Recreativo de Huelva.
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