El gol de Lorenzo: cuarenta años de la única gesta del Granada en el Bernabéu

  • "Me voy porque así la sociedad tendrá tranquilidad y un sector del público también. Ahora, como los jugadores tienen calidad, llevarán al equipo hacia arriba al no salir pensando en el flamear de los pañuelos que pedían mi cabeza".

Juan José Lahuerta

Madrid, 23 ene.- "Me voy porque así la sociedad tendrá tranquilidad y un sector del público también. Ahora, como los jugadores tienen calidad, llevarán al equipo hacia arriba al no salir pensando en el flamear de los pañuelos que pedían mi cabeza".

Con esas palabras se despidió Miguel Muñoz del banquillo del Real Madrid tras catorce años en el cargo. Una derrota ante el Castellón por 2-0 en el curso 1973/74 precipitó su decisión. Le sucedió Luis Molowny, que se estrenó en un partido oficial pocos días después con una derrota ante el Granada en el Bernabéu. Allí, un heroico tanto de Félix Lorenzo dio la victoria al cuadro andaluz, que, cuarenta años después, intentará repetir aquella gesta.

Ha pasado mucho tiempo de aquello. Exactamente cuatro décadas. Pero en Granada no olvidan ese día. Acostumbrados a sufrir derrotas en el estadio madridista (en total, 17 partidos perdidos y dos empates), sólo hay un día perfecto que se pueda guardar en la memoria de los aficionados granadinos.

Ese 20 de enero de 1974 convirtió en héroe a Félix Lorenzo García. Ahora jubilado, después de regentar en Palencia una tienda de deportes, desde esa ciudad, donde ahora reside, recordó con EFE aquellos instantes que guarda en su memoria con mucha lucidez y, sobre todo, con muchísima nostalgia.

Los jugadores del Real Madrid apenas se acuerdan del partido. Carlos Santillana y José Martínez "Pirri" sí pueden aportar detalles de todo lo que aconteció antes, como La dimisión de Miguel Muñoz, que dejó algo tocado al conjunto blanco. Pero, según Lorenzo, no influyó nada en el resultado de aquel partido.

"Nosotros estábamos en una racha bastante buena. Quedamos los sextos, creo recordar. Jugábamos bastante bien. Éramos un equipo a tener en cuenta, no para Europa, pero jugábamos bien. No creo que aquello nos favoreciese. He sido jugador y cuando hay cambios de entrenador, el jugador da más. No lo achaco a eso", afirma Lorenzo.

Pirri, sin embargo, si guarda en su memoria la dureza con la que se empleaban algunos futbolistas del Granada. Aunque lejos del estadio de Los Cármenes bajaban el nivel, había respeto e incluso miedo en viajar a la ciudad andaluza: "Jugaban a no dejar jugar por lo civil o por lo criminal. Era muy difícil. Sobre todo en Granada, eran muy violentos. Pero no sólo con el Madrid, con todos", dijo a EFE.

A Lorenzo no le cuesta reconocer que Pirri tenía parte de razón: "Teníamos muchísima fama. Teníamos tres o cuatro jugadores que imponían muchísimo. Seguramente los que más imponían. Creo que los equipos iban con miedo. Ellos daban porque era su modo de jugar y cuando jugábamos fuera, los árbitros, todo lo que veían lo pitaban".

Al ex jugador del Granada se le quiebra la voz cuando es preguntado por aquel gol. Fue un tanto que le marcó para siempre. Se olvida enseguida de la dureza con la que se empleaban algunos jugadores de su equipo. Como él cuenta, toda su carrera deportiva (jugó también en el Valladolid y el Palencia), se coronó con ese instante del minuto catorce de aquel encuentro. Sin duda, nunca vivió nada igual.

"Me han dicho que el gol fue de chorra. Yo he dicho muchas veces que no fue de chorra. Fue una finta que me salió a Benito. No se la hice, me salió y cuando me di la vuelta me quedé solo delante del portero (García Remón). Se la eché a un lado y fue gol. Dicen que fue de chorra porque la finta me salió, pero tuve la suerte de que me fui a un lado y él para otro. Para unos fue habilidad, para otros fue suerte. Para mí fue un golazo".

"Lo que hice aquel día fue lo más importante. De momento soy historia en Granada por la suerte que tuve de marcar ese gol. Es el mayor recuerdo de mi vida. Tengo muchísima nostalgia de aquella época. Recuerdo a todos los jugadores, presidentes y a la ciudad con cariño y añoro. Me acuerdo muchísimas veces de todo lo que pasó allí. Añoro Granada", añadió.

Santillana, que tampoco es capaz de recuperar de su memoria aquel instante, habló con EFE sobre aquella temporada errática del Real Madrid. Sin Miguel Muñoz, el hombre que dirigió al equipo madridista durante catorce años llenos de éxitos (dos Copas de Europa y nueve Ligas), el club vivió una época de transición con Molowny hasta la llegada de Miljan Miljanic.

Molowny se estrenó con un 0-1 ante el Granada. Después sufrió aquel 0-5 del Barcelona de Cruyff. Mitigó el dolor con una Copa del Rey que ganó al cuadro azulgrana 4-0 en el estadio Vicente Calderón, "algo de lo que pocos se acuerdan", dice Santillana, uno de los protagonistas de aquel Real Madrid-Granada.

No pudo marcar el gol del empate pese a jugar los noventa minutos del duelo. El Real Madrid asedió la portería granadina, que aguantó como pudo todas las embestidas blancas. Pudieron con la impaciencia del equipo de Molowny, necesitado de una victoria que hiciera olvidar la marcha del mito llamado Miguel Muñoz.

Han pasado cuarenta años y Lorenzo sigue mirando al pasado. Pero también tiene un pequeño guiño para el futuro, para el Granada del siglo XXI.

"Para ganar en el Bernabéu tienen que salir a 120 pulsaciones para ser superiores físicamente. Técnicamente, con todos mis respetos para el Granada, todo el mundo sabe que el Madrid es muy superior. No me preocuparía que me quitasen la historia y que otro meta el gol. Daría sangre por el Granada, igual que por el Valladolid y el Palencia", culminó. Seguro que los hombres de Lucas Alcaraz recogen estas palabras para intentar repetir aquella gesta de la que ya han pasado cuarenta años.

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