El hombre que ha devuelto la esperanza a los Lakers

Los Ángeles comienza a acostumbrarse al nuevo director del equipo rico de la ciudad, aunque la pronunciación de su nombre sea todavía un problema para muchos aficionados: ¿"Ramahn", "Ramoan"? Es la única duda -involuntaria- que genera Ramon Sessions. Su juego no permite equívocos: veloz, con facilidad para asistir, anotar de bandeja y conectar con los pívots. Kobe Bryant ya no tiene que preocuparse tanto por conservar la pelota, ahora el equipo es un todo más dinámico con el nuevo base de los Lakers. Y la franquicia dorada respira en la parte final de una temporada regular marcada por la incertidumbre.

Si para los periodistas estadounidenses el equipo de Pau Gasol es de nuevo candidato a ganar la Conferencia Oeste es por culpa de la llegada de este base que en abril cumplirá 26 años y que en 2007 fue elegido en la posición 56 del draft por los Milwaukee Bucks. En su etapa universitaria le reprocharon lo poco que se prodigaba con los lanzamientos de tres puntos (25 canastas de solo 80 intentos en tres años), pero el presente es radicalmente distinto: en apenas seis encuentros con los Lakers, Sessions ya ha tirado la décima parte, con una eficacia que roza el 50 por ciento y en cada encuentro ve el aro rival con mayor facilidad.

Su progresión tras cambiar Cleveland por Los Ángeles le ha llevado a desplazar de la titularidad a Steve Blake y en menos de dos semanas ha conseguido ser el primer base de la franquicia que conseguía un 'doble-doble' desde 2009 (20 puntos y 11 asistencias el pasado viernes frente a los Trail Blazers de Portland). En clara línea ascendente, los compañeros elogian su juego -"Es rápido", decía Bryant; "Nos hace un equipo menos previsible", en palabras de Gasol- y el entrenador Mike Brown está encantado: "Sessions hace el juego más fácil para todo el mundo".

La pelota es la única protagonista del reparto en el juego de los Lakers que no envejece. Bryant, blindado con una cláusula que veta cualquier posible traspaso que le incluye, es el actor más cercano a adquirir las propiedades del esférico marrón y rugoso. Pero es humano y acabará por sucumbir al tiempo. El resto de piezas del ajedrez amarillo son prescindibles -Pau Gasol lo ha sufrido en carne propia durante meses-, incluso el base de los cinco anillos, el hombre de la canasta imposible a cuatro décimas del final ante los Spurs en 2004. Derek Fisher, hasta hace dos semanas el segundo jugador con más peso en el vestuario del Staples Center, ha dado paso a Ramon Sessions.