El huracán Fury, un soplo de aire fresco para el boxeo

  • El autoproclamado "Rey de los Gitanos" no era un simple fanfarrón: después de dar la sorpresa destronando el sábado a Vladimir Klitschko, invicto desde 2004, el británico Tyson Fury, nueva estrella de los pesos pesados, espera ser el hombre que traiga la renovación y la frescura al boxeo mundial.

"Es el principio de una nueva era. Seré el campeón más carismático desde Mohammed Ali", prometió el séptimo británico en lograr ser campeón de los pesados. Se llevó de una vez los cinturones de campeón de la Asociación Mundial (AMB), la Federación Internacional (FIB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

Hasta el sábado, sus salidas de tono y sus declaraciones grandilocuentes eran consideradas como un deseo de llamar la atención, propias de un púgil excéntrico con ansias de grandeza. Pero Fury demostró que no sólo golpea con la lengua, también con sus puños.

Es un hombre de gran impacto mediático, capaz de llegar a una conferencia de prensa disfrazado de Batman o de reivindicar sus orígenes de gitano irlandés y clamar su amor al "señor y salvador Jesucristo".

En la pelea de Düsseldorf, las risas se convirtieron en "Ooooooh!" de admiración: a sus 27 años, el gigante de Manchester (2,06 metros) derribó la estatua del ucraniano, de casi 40 años y que llevaba más de una década como dueño y señor.

Fue a los puntos, con un veredicto unánime de los tres jueves, triunfando donde 64 aspirantes predecesores habían fracasado ante Vladimir Klitschko. Puso así fin a 11 años sin derrotas del ucraniano y dio una de las mayores sorpresas de la historia del boxeo desde la victoria de Buster Douglas en 1990 ante un Mike Tyson hasta entonces intocable.

Antes de sus combates, Fury hace un 'show', pero también es capaz de ponerse serio para lograr una gran victoria. Esa combinación es algo que el boxeo esperaba desde hace tiempo.

"Es lo mejor que le ha pasado a la categoría de los pesados desde hace años: sangre nueva y todo un personaje", escribió en Twitter el excampeón mundial inglés de los pesados David Haye, que anunció el martes su regreso a los 35 años, después de más de tres años de ausencia.

Haye demostró no guardar rencor: en el pasado, Fury le calificó de "una estrellita sin ninguna clase, una diva".

"La gente puede decir lo que quiera. Siempre he sabido que podía ganar este combate", afirmó el sábado el nuevo rey de los pesados, que se mantiene invicto en 25 combates, 18 de ellos cerrados con nocáut.

Durante los dos asaltos, Fury probó, como había avisado, que estudió bien los puntos débiles del ucraniano y su estilo 'robotizado'.

"Estuvo increíblemente ágil, no pudo dar mis golpes y no encontré el camino", admitió Klitschko sobre un Fury que se sustentó en una asombrosa movilidad, pese a su envergadura y sus 112 kilogramos.

¿Y qué le espera ahora al boxeo? Fury, que había perdido unos veinte kilos para esta primera oportunidad de ser campeón mundial, tendrá que evitar caer en lo que vivió Buster Douglas, que tuvo problemas de obesidad y luego pasó al olvido, después de su victoria sorpresa.

Ahora se presentan dos opciones para el nuevo campeón: conceder una revancha a Klitschko, reclamada por el campeón destronado, o buscar añadir el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), considerado "el más importante" por el ilustre Lennox Lewis, otro excampeón mundial inglés de los pesados, que estaba como espectador en Düsseldorf el sábado.

"He perdido, pero el luchador que llevo dentro sigue vivo", avisó el ucraniano, con el rostro castigado tras sufrir la cuarta derrota de su carrera.

David Haye no cree que haya revancha: "Klitschko no disputará nunca esa revancha. Está completamente acabado".

El poseedor del cinturón CMB, Deontay Wilder, ya ha dado cita a Fury, unos minutos después del combate: "Te estoy vigilando, Tyson Fury #voyadesafiarte", escribió en Twitter el estadounidense, convencido de ser "oficialmente el mejor campeón de los pesados".

sg-pr/tba/dr

Mostrar comentarios