El impuesto de solidaridad añade tensión al conflicto del fútbol italiano

  • La introducción del llamado impuesto de "solidaridad" en Italia, que grava de forma adicional las rentas anuales de más de 90.000 euros, amenaza con complicar todavía más la confrontación existente entre los futbolistas y los clubes de la Primera División por la renovación del convenio colectivo.

Roma, 17 ago.- La introducción del llamado impuesto de "solidaridad" en Italia, que grava de forma adicional las rentas anuales de más de 90.000 euros, amenaza con complicar todavía más la confrontación existente entre los futbolistas y los clubes de la Primera División por la renovación del convenio colectivo.

Una confrontación que por el momento pone en riesgo el inicio del Campeonato, previsto para el 27 y el 28 de agosto, ya que los jugadores amenazan con ir a la huelga si los clubes no ratifican la renovación de su convenio colectivo.

Una delicada situación a la que ahora podría sumarse un nuevo punto de desacuerdo con la introducción del impuesto de solidaridad y las dudas sobre quién deberá pagarlo, si las entidades o los jugadores.

El nuevo impuesto, incluido en el último plan de ajuste presupuestario aprobado por el Gobierno de Silvio Berlusconi, prevé gravar con un 5 por ciento las rentas anuales que superen los 90.000 euros y con un 10 por ciento las que excedan los 150.000 euros.

Según explicó el diario "La Gazzetta dello Sport", hasta ahora el convenio colectivo permitía que, en la mayoría de los casos, los acuerdos firmados con los jugadores estipulasen las cifras netas de retribución de los futbolistas, dejando a cargo de los clubes el pago de los impuestos.

En el nuevo convenio los clubes habían pedido que se eliminara la posibilidad de estipular la retribución en neto, con lo que si la presión fiscal del país cambiaba eran los jugadores quienes debían asumir el "coste".

Ese último convenio es el que está pendiente de firma por parte de las entidades y hasta ahora el punto de conflicto había sido el que establecía la posibilidad de que las directivas de los clubes decidieran unilateralmente que un jugador se entrenase separado del resto de la plantilla.

Sin embargo, el impuesto de solidaridad puede convertirse en un nuevo punto de desencuentro y añadir nuevas tensiones en esta negociación, que el viernes verá un nuevo encuentro entre las partes.

A la espera de ese encuentro, el vicepresidente del Milan, Adriano Galliani, se mostró tajante al asegurar ante los medios de comunicación italianos que, en caso de aprobarse definitivamente la introducción del impuesto, serán los jugadores los que tendrán que pagar y no las entidades.

Galliani añadió: "Los jugadores pueden hacer lo que quieran pero ese dinero no será desembolsado por las entidades. Sobre este tema soy intransigente. Pueden hacer huelga toda la vida si quieren. Eso significará que mandaremos al campo (a los jugadores) de la cantera".

Por otro lado, el caso ha trascendido el ámbito deportivo con las declaraciones hechas hoy por el ministro para la Simplificación Normativa, Roberto Calderoli, quien dijo que si los jugadores "siguen amenazando con huelgas" u otras acciones propondrá que a los futbolistas se les doble el impuesto como sucede con la clase política.

"Los futbolistas tienen un berrinche. No sé si es justo o no el impuesto de solidaridad, pero si alguien tiene que pagarlo, esos son los futbolistas, que son una casta de consentidos", señaló Calderoli.

Unas declaraciones que el vicepresidente de la Asociación de Futbolistas Italianos (AIC), Leo Grosso, calificó de "sandeces".

"Es fácil especular sobre los jugadores y sobre sus sueldos pero hay que recordar que algunos ganan mucho, pero muchos otros tienen sueldos modestos", explicó Grosso.

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