El lunar de España son los amistosos ante los 'grandes': motivos y justificaciones

  • España es la actual campeona del mundo y de Europa, la mejor selección que existe ahora mismo… si hablamos de partidos y competiciones oficiales. En los amistosos, la cosa cambia. Es el gran lunar de 'la Roja'. Estos son los motivos.
Del Bosque señala que se llevan "una buena enseñanza"
Del Bosque señala que se llevan "una buena enseñanza"
Aitor Amorós

Desde que Casillas alzó en Sudáfrica la copa que proclama a 'la Roja' como el mejor equipo del mundo, el equipo que entrena Vicente del Bosque ha mostrado una incapacidad manifiesta de derrotar a otras selecciones grandes en partidos amistosos.

Aquel once de julio de 2010 se derrotó a Holanda, y comenzó una andadura nefasta ante rivales de primer nivel en encuentros sin nada en juego. Han sido cuatro derrotas que preocupan a primera vista, pero que tienen varios justificantes.

Rivales con un plus de motivación

Jugar ante el mejor equipo del mundo siempre es una motivación extra, y se lo pueden preguntar cada jornada de Liga o Champions al Barcelona o al Real Madrid. Lo mismo pasa cuando hablamos de selecciones, y más si enfrente está la gran dominadora del fútbol mundial como ha sido España en los últimos tres años.

Este plus lo han sabido aprovechar las selecciones que han derrotado al combinado nacional español, todas ellas de primera fila. Contra Argentina jugamos en el mes de septiembre de 2010 (4-1), y entre los jugadores de la albiceleste se percibió las ganas de reivindicación tras el varapalo mundialista. La otra gran derrota de España con la estrella de campeona del mundo en la camiseta fue ante Portugal (4-0, noviembre 2010), una selección que quería venganza tras eliminarla en Sudáfrica, y que salió muy motivada.

Contra Italia (2-1, Agosto de 2011) sucedió lo mismo que en los dos casos anteriores, y ante Inglaterra el pasado sábado (1-0) igual. Selecciones grandes, con una dosis extra de intensidad y disposición para la batalla por el prestigioso rival que estaba enfrente y las situaciones contractuales de cada uno. Para España, por el contrario, no dejaban de ser amistosos.

Fuera de casa

Todas las derrotas que ha cosechado España en esta mala racha en choques amistosos se han producido a domicilio. El cartel de "campeona del mundo" conlleva esta clase de sacrificios: toca lucirlo por los mejores escenarios por el volumen de requerimientos. Todos quieren jugar con España, pero en sus casas. Buenos Aires, Lisboa, Bari y Londres son los grandes escenarios futboleros donde ha sucumbido la selección española. 

Del Bosque asume y demuestra que son amistosos

El seleccionador español es una persona pragmática y diplomática, y es en esta clase de partidos cuando mejor lo refleja sobre el campo con sus decisiones. El salmantino emplea los amistosos para valorar méritos, repartir minutos y dar oportunidades a algunos internacionales que se merecerían jugar más, pero que no tienen posibilidad en los partidos oficiales.

Es por ello que, si bien suele formar de inicio un equipo muy cercano al titular en cualquier encuentro con algo en juego, da entrada a otros menos habituales e introduce cambios que terminan por afectar al rendimiento de su equipo por la falta de acoplamiento y rodaje. Un coste que hay que pagar para mantener una buena salud dentro del grupo.

Los rivales cambian, España no

La Selección nunca ha renunciado a su estilo, no cambia en ningún partido, ni por ningún rival ni por ningún escenario. Su filosofía de jugar al toque, de tener el control del partido y ser el dueño del balón es irrenunciable, y lo demuestra allá donde acude. Enfrente ha tenido equipos que han optado por cambiar y mudarse de piel, selecciones como Argentina o Portugal que han optado por jugar la contragolpe, o como Inglaterra que ha mostrado un perfil netamente defensivo a la espera de un error de España o un gol caído del cielo. La misma táctica tomaron Méjico (1-1), Colombia (1-0), Estados Unidos (0-4), Venezuela (0-3) y Chile (3-2), pero en estos casos, el resultado no fue negativo para los de Del Bosque. 

 

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