El Museo del Oporto, la guinda que faltaba al laureado Pinto da Costa

  • El Museo del Oporto, un enorme recinto que recoge los 120 años de historia del club portugués, es la guinda que faltaba a la carrera de Jorge Nuno Pinto da Costa, considerado el presidente con más títulos en el fútbol mundial.

Antonio Torres del Cerro

Oporto (Portugal), 5 nov.- El Museo del Oporto, un enorme recinto que recoge los 120 años de historia del club portugués, es la guinda que faltaba a la carrera de Jorge Nuno Pinto da Costa, considerado el presidente con más títulos en el fútbol mundial.

"Cuando comencé hace 31 años, tenía un programa y lo cumplí. Lo que creo que faltaba era este museo, un club como el Oporto tenía que tener este museo", aseveró a Efe el veterano presidente, durante cuyo mandato los "dragones" han conseguido más de medio centenar de títulos.

Los entrenadores José Mourinho, André Villas-Boas, José María Pedroto y Bobby Robson; así como los futbolistas Deco, Fernando Couto, Hulk, Radamel Falcao y Futre son algunas de las legendarias figuras retratadas en el museo recién estrenado, situado en el estadio Do Dragao.

Sus cuatro mil metros cuadrados de exposición permanente y las "ultra modernas" instalaciones -donde se proyectan un total de 280 vídeos diferentes, el 80 % de ellos interactivos- llenan de orgullo a Pinto da Costa, una carismática figura que genera pasiones encontradas entre los aficionados portugueses.

En sus tres décadas como mandatario, Pinto da Costa ha llevado a la fama mundial a un club que era reconocido únicamente a nivel nacional hasta los años 80 gracias a sus dos victorias en Liga de Campeones (1986-1987 y 2003-2004) y sus dos triunfos en la ahora llamada Liga Europa (2002-2003 y 2010-2011), así como por lanzar a varios futbolistas al estrellato.

Es precisamente el espacio que aloja estos trofeos originales el que más agrada al veterano presidente, de 75 años.

Un friso con siete pantallas de vídeo correspondientes a los siete títulos internacionales ganados -hay también dos Supercopas y una Intercontinental- reproducen los momentos álgidos de aquellas finales.

"No quería que el museo fuese, como muchos, un almacén de copas", aclaró el presidente, cautivado por una de las más sorprendentes y sofisticadas piezas del recinto: un holograma de él mismo en el que narra algunos episodios del club.

Pero Pinto da Costa se conmueve especialmente en unos de los rincones más nostálgicos del museo. Rodeado de carnés de antiguos socios, sobresale una voluminosa Copa de un extraordinario valor sentimental para la hinchada del Oporto.

El trofeo recuerda la victoria en 1948 del conjunto luso ante el poderoso Arsenal de Londres, el mejor equipo del momento para muchos. Los "dragones" vencieron a los "gunners' por 3-2 y las crónicas de la época evocaron el hito como si se tratase de un título oficial pese a no serlo.

No en vano, el triunfo, presenciado en directo por un adolescente Pinto da Costa, está plasmado en el museo con un gigantesco entorchado que contiene plata, oro y esmalte denominado "Copa Arsenal".

El museo, cuya entrada está custodiada por estatuas de relevantes figuras del club como Robson, Mourinho o Villas-Boas, ofrece un recorrido en orden cronológico amenizado por documentos acerca de las diferentes versiones del himno del Oporto e imágenes evocadoras de sus lejanos inicios (fue fundado en 1893).

Destaca entre el acervo textos explicativos que encuadran la historia de la entidad.

Uno de ellos denuncia el supuesto trato de favor del que los clubes de la capital Lisboa (Benfica y Sporting) gozaron en detrimento del Oporto durante la dictadura de António de Oliveira Salazar (1926-1974), período en el que el club norteño ganó muchos menos trofeos que sus contrincantes capitalinos.

La presunta animadversión de Lisboa hacia el Oporto sigue presente en el discurso del dirigente cuando el club que preside está ya a apenas cinco entorchados ligueros de igualar al Benfica en número de campeonatos nacionales.

El conjunto blanquiazul ha crecido de forma exponencial durante los últimos treinta años, ya que en ese período ha logrado coronarse campeón de Liga en veinte ocasiones.

"El Oporto es más reconocido por sus méritos a nivel internacional que en Portugal. Ocupamos frecuentemente las primeras páginas en varios periódicos del mundo (...) Lo contrario que en los periódicos de Lisboa, que todavía viven del centralismo del tiempo del fascismo", remachó.

Sarcástico e incisivo, el presidente del Oporto se ha ganado fama por sus dardos dialécticos a sus rivales, algunos de ellos recogidos en el museo: "Pueden continuar hablando mal de mí durante muchos años", reza uno de los paneles.

Apodado como 'Papa' por la admiración que le profesan los aficionados del Oporto, a Pinto da Costa no le molesta el mote porque sabe que es adulador, aunque reconoce que personalmente no le agrada: "Papa sólo hay uno, que es el jefe de la Iglesia".

Su tiempo al frente del club aún no tiene techo. "Pienso en un límite no por número de mandatos sino por edad. Cuando haga cien años, me retiro", ironizó.

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