Lisboa, 24 feb.- El Oporto, actual campeón portugués, regresó hoy a los entrenamientos después de alejarse de la lucha por el título al perder anoche en casa ante el Estoril (0-1) con su entrenador, Paulo Fonseca, en el ojo del huracán.
La primera derrota en Liga en su estadio en cinco años y medio y el paso atrás por revalidar el cetro del campeonato -si el Benfica gana esta noche al Guimaraes tendrá siete puntos de ventaja- han situado a Fonseca en medio de la tormenta.
A pesar de que el presidente Jorge Nuno Pinto da Costa negase una rescisión inmediata con el técnico, algunos medios lusos especulan ya con un regreso de André Villas-Boas o con la contratación del entrenador del Estoril, Marco Silva, para suplir al ex preparador del Paços de Ferreira, al que el pasado año condujo a la Liga de Campeones.
En el Olival, centro de entrenamiento del Oporto, la sesión de hoy fue tranquila, a diferencia de la agitación registrada anoche en las inmediaciones del Estadio do Dragao, donde protestaron decenas de aficionados.
Fonseca, de 40 años, supuestamente puso su lugar a disposición del club, pero Pinto da Costa se negó a destruirle, de acuerdo con algunas versiones.
El encuentro de vuelta ante el alemán Eintracht de Fráncfort correspondiente a los dieciseisavos Liga Europa podrá dictar el trayecto del actual entrenador.
El Oporto, el club más laureado en Portugal en los últimos treinta años, cuando ganó dos Ligas de Campeones y dos UEFA, entre otros, parte en desventaja después de empatar en la ida a dos goles.
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