Fortaleza (Brasil), 29 jun.- El partido entre Holanda y México contempló la nueva normativa implantada por la FIFA, por sentencia judicial, por la que el árbitro debe detener cinco minutos el partido, pasada la media hora de juego, cuando la temperatura supere los 32 grados centígrados, para que los jugadores se hidraten.
El alto calor y la intensa humedad de Fortaleza propició que, a la media hora del choque, el árbitro portugués Pedro Proenca permitió que los futbolistas acudieran a la grada para ingerir líquidos. Minutos después, el choque se reanudó.
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