Es lo que tiene el tenis, un deporte en el que sí que se cumple eso de que no hay rival pequeño y en el que las victorias de los menos favoritos están a la orden del día. Si a eso le sumamos que ha llegado la temporada de arcilla, superficie donde las fuerzas se igualan mucho más, el resultado es que podemos encontrarnos con jugadores desconocidos en las rondas finales de los torneos.
Este es el caso del español Sergio Gutiérrez-Ferrol y del argelino Lamine Ouahab. Sus rankings, 544 y 752 del mundo respectivamente, parecen decir que son dos jugadores llamados a pasar sin pena ni gloria por el circuito. Sin embargo, sus sorpresivas victorias ante Rui Machado y Robin Haase les permiten a ambos pelear por un puesto en cuartos de final.
El español, de 23 años, ha desarrollado la mayoría de su carrera en torneos "Futures", para jóvenes promesas, donde ha levantado 10 títulos. Como todo buen miembro de la "Armada", su especialidad es el polvo de ladrillo, la tierra batida, superficie donde ha logrado todos sus trofeos. En caso de alcanzar los cuartos de final, podría subir hasta el puesto 406 del mundo, aunque muy lejos del 250, su tope, que llegó a ocupar en 2010.
Por su parte, Lamine Ouahab es un argelino con tantas victorias como derrotas, ocho, en torneos ATP y sólo ha disputado un partido en un Grand Slam. Donde Ouahab ha destacado durante sus diez años de profesional es en los torneos Challenger, ganando un trofeo, en tierra, y alcanzando tres finales más.
Esta tarde ambos se jugarán el seguir siendo la sorpresa del torneo y poder seguir soñando con realizar sus mejores actuaciones en un torneo de relativo prestigio e importancia como es el de Casablanca.
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