El proyecto de Capello se estrella con el escándalo

  • Johannesburgo.- El proyecto del italiano Fabio Capello al frente de la selección de Inglaterra se estrelló en el Mundial de Sudáfrica 2010 al ritmo de la apisonadora de Alemania y en medio del escándalo por la no concesión de un gol de Frank Lampard cuando el marcador era de 2-1 para los germanos.

Capello tratará su futuro con la Federación tras la humillación ante Alemania
Capello tratará su futuro con la Federación tras la humillación ante Alemania

Johannesburgo.- El proyecto del italiano Fabio Capello al frente de la selección de Inglaterra se estrelló en el Mundial de Sudáfrica 2010 al ritmo de la apisonadora de Alemania y en medio del escándalo por la no concesión de un gol de Frank Lampard cuando el marcador era de 2-1 para los germanos.

El 4-1 fue un castigo duro pero, pese a la 'excusa' del tanto 'fantasma' de Lampard, justo, porque los 'pross' confirmaron en el estadio Free State de Bloemfontain los malos presagios de la primera fase.

Inglaterra se presentó en el Mundial con el aval de la buena marcha iniciada con Capello, un técnico que en todos los clubes que ha estado ha garantizado éxitos. Para buena parte del universo balompédico era una de las favoritas.

La selección inglesa se paseó en la fase de clasificación y en los últimos tiempos, bajo la batuta del técnico italiano, había sido, junto a España o Brasil, una de las grandes referencias internacionales.

Representante de, quizá, la mejor liga del momento, la 'Premier', con grandes figuras en la plantilla, Inglaterra entraba en muchas quinielas para llegar muy lejos, pero ya en la primera fase sufrió mucho, demasiado en un grupo en teoría bastante asequible.

Aunque todo parecía comenzar a pedir de boca cuando Steven Gerrard, el capitán del Liverpool, abría el marcador a los 4 minutos del debut contra Estados Unidos, Clint Dempsey, del Fulham inglés, firmaba antes del descanso el 1-1 que significaba el primer tropiezo para la escuadra de Capello.

Las dudas crecieron en progresión geométrica con el 0-0 ante Argelia y se tuvo que jugar el pase a octavos contra Eslovenia, a la que ganó por 1-0 con muchos apuros con una diana de Jermain Defoe.

No funcionó el centro del campo que, con hombres como Gerrard y Lampard, era uno de sus fuertes. Pero es que a Capello le funcionó muy poco el equipo en todos los partidos.

Se clasificó como segunda del grupo y por tanto le tocó enfrentarse a la siempre competitiva Alemania, vigente subcampeona de Europa, que tampoco llegaba muy sobrada tras una actuación irregular, con derrota incluida ante Serbia.

Todos los malos presagios se cumplieron en el Free State, donde Miroslav Klose y Lukas Podolski hicieron un roto en poco más de media hora a Inglaterra.

Y para colmo de males, cuando el equipo de Capello había despertado con el tanto del defensa Matt Upson, el colegiado uruguayo Jorge Larrionda no concedió un clarísimo gol de Lampard al entender que el balón no había entrado tras bajar del larguero.

A simple vista dio la impresión de que era gol. Lampard, sus compañeros y Capello lo celebraron unos instantes. Era el 2-2 y el volver al sueño. Pero rápidamente comprobaron que el colegiado dejó seguir el juego ante la incredulidad de propios y extraños.

Y ahí se acabó la ilusión de Inglaterra de volver a hacer algo grande en un Mundial. A partir de ahí se impuso el rodillo alemán, que destrozó el partido a la contra con un doblete de Thomas Muller, el joven delantero del Bayern que crece cada día.

Fue como una revancha de la final de Mundial de 1966, cuando se produjo en este duelo una jugada idéntica, pero al revés. Entonces, con 2-2, el colegiado validó en la prórroga un tanto de Geoff Hurst que no había entrado. Su disparo dio en el larguero, botó en la línea y volvió al terreno.

El colegiado suizo Gottfried Dienst consultó al juez de línea, el ruso -ahora azerbaiyano- Tofik Bakhramov, y emprendieron la carrera hacia el centro del campo para dar validez a un gol que no fue. El encuentro acabó con 4-2 y la gloria para Inglaterra.

Es cierto que la acción de Lampard es de las que pasan a los archivos históricos, como la de José Miguel González 'Michel' en el Brasil-España de México'86 que tampoco concedió el australiano Chris Bambridge, que la no concesión mediatiza el encuentro, pero no puede ocultar el decepcionante paso de Inglaterra por Sudáfrica.

Es un fracaso sin paliativos. El equipo de Capello sufrió su mayor derrota ante Alemania y la más amplia en una Copa del Mundo. El italiano ahora quiere hablar cuanto antes con el presidente de la Federación, Sir David Richards, para decidir su futuro.

Ha sido un Mundial para el olvido para Inglaterra. Wayne Rooney, uno de los mejores delanteros del momento, que mejor temporada había hecho, no ha existido, al igual que los Lampard, Gerrard, John Terry y compañía.

Llega el momento de la reflexión en la sede de la Federación inglesa, para analizar las causas de los reiterados fracasos en las grandes competiciones.

José Antonio Pascual

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