El Real Madrid se abona al fútbol de toque para ahorrar fuerzas

El plan de José Mourinho estaba claro. Desde el principio, pidió a sus jugadores que movieran el balón, que tuvieran largas posesiones para neutralizar el ímpetu de los jugadores del Tottenham, sobre todo al principio del partido. Los futbolistas del Real Madrid cumplieron al pie de la letra las instrucciones del entrenador portugués y la primera parte se desarrolló en el centro del campo, con escasas llegadas a las dos porterías. Partido tranquilo, soso, justo lo que pretendían los blancos para no pasar apuros en White Hart Lane.

Mourinho recurrió a los titulares porque quería evitar cualquier tipo de sustos, que él, experimentado en el fútbol inglés, sabe cómo se las gastan los británicos en su campo buscando partidos de ida y vuelta, con mucho ritmo. El Tottenham lo intentó con Bale y Lennon, dos puñales en las bandas. Ese fútbol veloz era justo lo que no quería Mou porque, aunque el Real Madrid vive bien en los partidos locos, había que reservar fuerzas de cara al clásico del sábado contra el Barcelona y a la final de la Copa del Rey contra el mismo equipo del próximo miércoles.

En la función de esconder el balón resultaron fundamentales el alemán Mesut Özil y también, como era de esperar, Xabi Alonso, el faro del equipo, la brújula que orienta al equipo. Además, futbolistas más individualistas como Cristiano Ronaldo y Marcelo buscaron continuamente la asociación con los compañeros. Entre ellos y Khedira, como siempre aplicado en el corte y un poco espeso en la conducción, se comieron el centro del campo donde Modric estaba muy solo porque el otro jugador técnico, Van der Vaart, estaba más adelantado.

Tres disparos a puerta hizo el Real Madrid en la primera mitad, por uno del Tottenham, que gastó sus fuerzas en protestar tres penaltis, uno de los cuales sí lo pareció. Poco después de iniciarse la segunda parte, el partido llegó a su fin, que no la eliminatoria, finiquitada en el Santiago Bernabéu. Cristiano Ronaldo ejecutó uno de sus disparos con un efecto maquiavélico y el portero Gomes se olvidó del ABC del portero: poner el cuerpo y no sólo las manos en los disparos de ese tipo.

Con todo decidido, 'The Special One', como conocen a Mou en Inglaterra, decidió evitar la amonestación a Sergio Ramos, que le hubiera impedido jugar el partido de ida de las semifinales contra el Barcelona, y lo sustituyó. No pudo hacer lo mismo con Carvalho, amonestado en la primera parte por una entrada innecesaria al estar el partido y la eliminatoria controlada.

Ahora, el Real Madrid se enfrentará al Barcelona en las semifinales de la Champions. La última vez que se enfrentaron en Europa, pasó a la final (y la ganó) el equipo madrileño. Curiosamente, el 0-2 del Camp Nou había sido la última victoria a domicilio en una eliminatoria hasta el 0-1 en White Hart Lane. ¿Repetirá en el Camp Nou? Antes tendrán que verse dos veces en el Bernabéu y una en Mestalla. Empacho de clásicos para disfrute de los aficionados.