El regreso a casa con la mirada puesta en Londres 2012

  • El regreso a casa de los deportistas panamericanos cierra 17 días de emociones en los que se mezclaron sueños cumplidos y profundas decepciones, en un camino que conduce a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Nemesio Rodríguez

Guadalajara (México), 29 oct.- El regreso a casa de los deportistas panamericanos cierra 17 días de emociones en los que se mezclaron sueños cumplidos y profundas decepciones, en un camino que conduce a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Alrededor de 6.000 deportistas están retornando a sus hogares para descansar del cansancio acumulado en largas jornadas de entrenamientos y competiciones, aunque a muchos de ellos todavía les queda el difícil reto de lograr la plaza olímpica.

Quince de los 36 deportes del programa de Guadalajara ofrecían una o varias plazas para Londres, el gran objetivo de los competidores, fuera de la búsqueda de una medalla.

Todos aquellos que lo consiguieron vivieron una doble alegría que les compensa con los sacrificios que han tenido que hacer para llegar en forma a Guadalajara.

El guatemalteco Sergio Sánchez, conocido como "La Araña", que logró el primer oro para su país, en la prueba de pistola de 50 metros, quizá fue el más expresivo a la hora de manifestar su alegría por el doble logro: "¡Vamos a Londres!".

Los ganadores coinciden en que valió la pena todo lo que se ha sufrido, mientras los perdedores lloran en unos casos la derrota y en otros se conjuran para aprender de lo ocurrido y volver a la cima en el menor tiempo posible.

Le ocurrió, por ejemplo, al equipo femenino de hockey hierba de Argentina. "Las Leonas" buscaban su séptimo título panamericano consecutivo y en su imaginación y espíritu competitivo jamás calcularon que iba a llegar Estados Unidos, derrotarlas por 4-2 y dejarlas con una plata de sabor amargo.

"Debemos mantener la cabeza fría...De todo se aprende y hay que levantar la cabeza", dijo su estrella Luciana Aymar, en un intento de animar a sus compañeras para que no pierdan de vista el objetivo de la plaza olímpica, ya conseguida por Estados Unidos con su oro panamericano.

Casi siempre, como es el caso de Aymar, el impacto de la derrota se lleva por dentro, pero a veces toda la tensión y las esperanzas afloran incontenibles, incluso en aquellos deportistas que en su disciplina tienen que pasar por duros.

El púgil colombiano César Villarraga no pudo contener las lágrimas tras caer por 19-16 ante el puertorriqueño Ángel Suárez. "Fue una dura pelea, no me alcanzó", acertó a decir antes de que las lágrimas cerraran su boca.

El judoca mexicano Eduardo Ávila afrontó la derrota por descalificación en el combate de acceso a las medallas de manera distinta a Súarez.

Avila extrajo la parte positiva de haber competido en los Juegos -"esa experiencia no me la quita nadie, me la llevaré a la tumba"- y la negativa de los reproches de los aficionados.

"Me encantaría que se pusieran a entrenar seis o siete horas para que vean lo pesado que es estar aquí, sacrificar amigos, sacrificar familia, sacrificar pareja;antes de emitir juicios, que se pongan en nuestro lugar y que sepan lo que es llegar aquí", señaló.

A diferencia de Ávila, el puertorriqueño Ángel Ramos, feliz con el bronce en gimnasia artística, afirmó que "valió la pena el sacrificio" de dos meses fuera de casa.

Pero sin duda el trofeo al optimismo se lo lleva la portera del equipo de hockey de Barbados, Lana Als, que, tras quedar en el último lugar de la competición, no dudó en instar a sus compañeras a "levantar la cara".

"Luchamos hasta morir en la raya, hoy no nos alcanzó para más", dijo Als, que encajó 37 goles en cinco partidos.

La fe en el triunfo vale más a veces que la condición de favorito o de víctima. Y si esta fe se lleva "tatuada" en la piel, el milagro es más que seguro, al menos según el entrenador estadounidense de baloncesto, Nathan Tibbetts, cuyo equipo dio la sorpresa del torneo al eliminar a Brasil, tricampeón panamericano.

"La razón por la que me gustan estos jugadores, y los escogí, es que llevan tatuado el amor al juego", dijo.

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