El rey del arroz con coco

  • Fuera del colchón, donde es agresivo como fiera herida, el luchador puertorriqueño Franklin Gómez a menudo saca a pasear al artista que lleva dentro, con quien toca piano o rasga la guitarra.

Gustavo Borges

Veracruz (México), 29 nov.- Fuera del colchón, donde es agresivo como fiera herida, el luchador puertorriqueño Franklin Gómez a menudo saca a pasear al artista que lleva dentro, con quien toca piano o rasga la guitarra.

"El piano es una de mis pasiones, soy religioso y me gusta interpretar himnos cristianos o improvisar; aprendí a tocar en el sitio 'youtube', el mejor maestro", confiesa a Efe Gómez, uno de los atletas más virtuosos del torneo de lucha libre de los juegos regionales que terminarán mañana en Veracruz.

Nacido en Santo Domingo, a Gómez lo llevaron a vivir a Puerto Rico cuando era pequeño y ya a los 12 años comenzó a mostrar un raro talento para la lucha libre, el mostrado para derrotar por superioridad al cubano Alejandro Valdés en la final de 65 kilos de los Centroamericanos y del Caribe de Veracruz.

Con una paciencia de quelonio, Gómez esperó al impetuoso Valdés y le respondió sus ataques con certeros 'tackles' a las dos piernas con los que marcó puntos de a poco hasta sacar una ventaja tan amplia, 14-3, que el árbitro detuvo el combate por la amplia superioridad del puertorriqueño.

"La idea era esperarlo y contestar", explica el peleador de 28 años que en Veracruz se ratificó como una de las esperanzas más ciertas de su país para los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro.

Aunque Cuba es el país que dicta las leyes en el concurso de lucha de los Juegos, la victoria de Gómez no sorprendió a los conocedores de ese deporte porque Franklin lleva tres años entre los mejores del mundo y ya en el 2011 ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos y la de plata en los Campeonatos Mundiales.

"Eso fue en 60 kilos, ahora he subido de peso y me empiezo a sentir más saludable; no puedo predecir el futuro, pero me gustaría hacer historia en este ciclo olímpico", asegura el atleta, cuya figura se parece la de los niños fuertes y saludables que salen en los anuncios de compotas de algunos países de América Latina.

Franklin Lantigua, uno de sus entrenadores, cuenta que Gómez se entrena en San Juan y en Pennsylvania, Estados Unidos, y es un maestro a la hora de ejecutar la presa llamada 'tackle', además de sobresalir por su intuición, una cualidad que lo acompaña también cuando dedica tiempo a una de sus principales diversiones, cocinar.

Según sus amigos es una especie de rey del arroz con coco, una receta que ejecuta de manera admirable y también tiene buena mano para, como hace en el piano, improvisar como cocinero. "Conozco algunos buenos platillos con habichuelas, salmón y jamón", dice.

Estudia la carrera universitaria de Administración de Empresas y sabe manejar tan bien sus horarios que le queda tiempo para ofrecer servicios comunitarios como parte de su afiliación religiosa.

Con su medalla de oro, Franklin Gómez le dio vitalidad a las esperanzas de Puerto Rico de quedar en quinto lugar en la tabla de medallas de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero para el atleta el triunfo es solo el paso inicial en busca de lo más grande.

"El ciclo apenas comienza y yo sueño con el oro de los Juegos Olímpicos, pero tengo paciencia", dice con la seguridad de quien confía en los beneficios de esperar, los cuales conoce de su maña de cocinero.

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