El Valencia cerró tras 6 meses convulsos una venta que alivia sin entusiasmar

  • La venta del Valencia quedó cerrada hoy tras el acuerdo entre Bankia y el magnate Peter Lim, que asumirá la deuda que el club y su fundación tienen con este banco, con lo que ha dado el primer paso para cerrar una etapa de seis meses convulsos resueltos con una operación que alivia, pero que a muy pocos entusiasma.

Alfonso Gil

Valencia, 6 jun.- La venta del Valencia quedó cerrada hoy tras el acuerdo entre Bankia y el magnate Peter Lim, que asumirá la deuda que el club y su fundación tienen con este banco, con lo que ha dado el primer paso para cerrar una etapa de seis meses convulsos resueltos con una operación que alivia, pero que a muy pocos entusiasma.

El paso dado hoy con el acuerdo que la empresa Mériton, propiedad de Lim, y Bankia hace ver la luz al final del túnel valencianista, pero ratifica la mala gestión de los últimos años en el club de Mestalla.

Un complejo puzzle de intereses, opuestos en la mayoría de los casos, entre Fundación Valencia CF, club, Generalitat y Bankia han alargado una negociación tan compleja como inevitable.

Ahora se va a diseñar un nuevo modelo de club, en el que el dinero del inversor es el principal motivo para mantener el optimismo.

El club, fundado en 1919 y transformado en sociedad anónima deportiva en 1992, ha vivido desde diciembre de 2013 inmerso en farragosas negociaciones a cuatro bandas cuya importancia para el futuro ha dejado en segundo plano el juego de un equipo que tampoco había sido capaz de entusiasmar a sus seguidores.

Estas negociaciones han concluido con la venta a un empresario al que hasta hace poco nadie conocía en Valencia y que nada tiene que ver con la parte tradicional y el sentimiento que genera un entidad de 95 años de vida y muy vinculada a su entorno.

Casi nadie se ha entusiasmado con la venta, pero tampoco son muchos los que han negado que fuera necesaria. Para todos ha sido un alivio la aparición de Lim.

Este empresario de Singapur llega a un club cuya fundación adeuda Bankia noventa millones de euros y que directamente debe al mismo banco 230, cifras que en cualquier empresa no futbolística habrían supuesto la quiebra, la suspensión de pagos o el concurso de acreedores.

La posibilidad de que el Valencia no pudiera hacer frente a sus pagos creció exponencialmente a partir de 2004, año en el que fue elegido el mejor del mundo.

A partir de entonces y hasta 2008, bajo la presidencia de Juan Soler, el endeudamiento de la entidad avanzó a gran velocidad.

Más tarde, con Manuel Llorente como presidente, se detuvo la sangría a base de una política de austeridad, pero que solo encontraba oxígeno en la venta de jugadores y en la paralización de las obras del nuevo estadio del club, decidida en 2009, meses antes de la llegada de Llorente.

En diciembre de 2013 Bankia propuso la venta del club para poder cobrar. Esta empresa tenía ya un perfil muy diferente a su predecesora Bancaja, que años antes le había prestado dinero sin trabas.

Fue a través de un préstamo de 75 millones de euros y avalado por la Generalitat a la Fundación Valencia CF.

Con este préstamo, la Fundación, entidad sin capacidad para generar ingresos, se convirtió en accionista mayoritario del club, pero casi un año antes de que Bankia insistiera en el cobro de las deudas y en su negativa a refinanciarlas, la Fundación ya había dejado claro, en enero de 2013, que no podía asumir sus compromisos.

El trabajo para cerrar las condiciones de venta que ha corrido por cuenta de una comisión gestora y la situación jurídica suscitada en torno a la legalidad del aval de la Generalitat a la Fundación han centrado la atención en los últimos meses.

El 17 de mayo, el patronato de la Fundación Valencia CF aceptó por unanimidad de sus veintidós patronos la oferta de Peter Lim de entre las cuatro que tuvo sobre la mesa.

Tras ese acuerdo, permanecía abierto el de Lim y Bankia, que ha vivido su último episodio en las reuniones recientes entre estas partes que han dado paso al anunciado hoy.

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