Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. El Villarreal se jugaba su futuro en Champions sin un delantero de la primera plantilla. Y sin otros lesionados, el último Bruno, que aquejado de un proceso gripal se cayó de once inicial. Las bajas de Nilmar, Rossi y Marco Ruben, los tres "nueves" titulares, dejaban a un chico del filial, el pichichi de Segunda Joselu como principal referencia ofensiva.
Pero las bajas y que el rival, Manchester City, es uno de los mejores equipos de Europa, hizo que los tres puntos viajaran a tierras inglesas algo que nunca habían conseguido los británicos en su historia. Lo peor fue la sensación de impotencia del Villarreal casi durante los noventa minutos.
Apenas un par de disparos, el primero de ellos de Hernán Pérez casi en la primera jugada del choque. Pero nada más después. Joselu pudo marcar en un envío largo pero no consiguió bajar el balón, que acabó en las manos de Hart. Lo mejor del partido fue la ovación que David Silva se llevó del Madrigal cuando fue sustituido.
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