Empatan un partido en el campo, lo pierden en el vestuario y lo recuperan en el acta

  • El Real Ávila-Aguilar del grupo octavo de Tercera División tuvo un final más que accidentado cuando un gol fantasma provocó el baile del resultado en varias ocasiones: primero en el campo, después en los vestuarios y, finalmente, en el acta.
Momento en el que el árbitro comunica a los jugadores del Ávila que han ganado el partido 2-1
Momento en el que el árbitro comunica a los jugadores del Ávila que han ganado el partido 2-1
lainformacion.com
Óscar Rodríguez

Minuto 93 del Ávila-Aguilar. Con empate a uno en el marcador, el equipo local saca un córner que el central Tirso, incorporado al ataque, remata a puerta. Guillermo, defensa de los palentinos, saca el balón bajo los palos. La jugada continúa y un delantero abulense termina disparando fuera, momento en el que el árbitro decreta el final del partido con el 1-1 que señalaba el marcador. Hasta ahí todo normal.

Los problemas comienzan cuando el árbitro mira al juez de línea, que se ha quedado con el banderín levantado. El colegiado, a instancias de los futbolistas locales, se reúne con su asistente, que le indica que el remate en el córner lo sacó un defensa tras pasar por la línea de gol y que debería conceder el tanto. El árbitro hace caso a su ayudante y comunica a los jugadores del Ávila que les rodeaban que el gol es válido y que el partido termina con el resultado de 2-1. A todo esto, los jugadores del Aguilar estaban ya en su vestuario cuando les comunican el cambio de resultado. Su entrenador, el exfutbolista Luis Sierra, no daba crédito a lo que estaba viendo.

"Llevo muchos años en el fútbol, pero esto no lo había visto nunca. Entró mi presidente al vestuario del árbitro y después entré yo. Me dijo que sí, que el línea había visto gol y que habíamos perdido 2-1. Le intenté hacer ver que eso era imposible, que si pitó el final con empate era inamovible y cuando le comenté que ningún jugador del Ávila protestó el gol fantasma, comencé a ver las dudas reflejadas en su rostro", asegura el técnico palentino.

Durante las siguientes dos horas no se supo nada. Los palentinos volvieron en el autobús convencidos de su derrota y los periodistas se fueron a hacer sus crónicas con el 2-1 que el árbitro comunicó. De hecho, los periódicos del día después aparecen con ese resultado y la clasificación da los 3 puntos a los abulenses. Sin embargo, algo debió pasar en el vestuario arbitral para que la situación cambiara radicalmente. Fuentes consultadas por lainformacion.com aseguran que el colegiado llamó a otros árbitros de categoría superior, que le advirtieron de su error, y decidió cambiar la versión a la hora de redactar el acta, una operación en la que empleó más de dos horas y media.

En el acta, finalmente, da por bueno el 1-1 y añade un anexo en el que explica que el asistente le comunió que había habido un gol legal en esa jugada, pero que no lo puede hacer subir al marcador porque el partido ya había concluido. El final más rocambolesco que confirma las palabras de Luis Sierra a lainformacion.com: "En el fútbol siempre puede pasar lo imposible".

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