Entre el sueño y la realidad, 13 segundos

  • Una vez completada la doble jornada por las carreteras del País Vasco, en las que los componentes del pelotón han sentido el respaldo unánime de la afición, el español Juanjo Cobo, del Geox-TMC, empieza a sentir que el jersey rojo de líder que ha vestido las últimas jornadas difícilmente puede escapársele.

Jose Luis Sorolla

Vitoria, 10 sep.- Una vez completada la doble jornada por las carreteras del País Vasco, en las que los componentes del pelotón han sentido el respaldo unánime de la afición, el español Juanjo Cobo, del Geox-TMC, empieza a sentir que el jersey rojo de líder que ha vestido las últimas jornadas difícilmente puede escapársele.

El magnífico sueño que comenzó para el ciclista cántabro en la etapa que finalizó en el Angliru asturiano poco a poco se acerca a hacerse realidad. 'El bisonte de la Pesa' en ningún momento ha querido ir más allá del día a día pero cada vez tiene más cerca hacer suya "la Roja".

La segunda Roja que otorgará la Vuelta en la historia reciente, salvo circunstancias imprevisibles, será la primera que irá a parar a manos de un ciclista español. La primera, en 2010, viajó a tierras italianas con Vincenzo Nibali (Liquigas-Cannondale), que al comienzo de la prueba partía como favorito. Finalmente deberá conformarse con ver el podio de lejos, desde una modesta séptima posición.

Aún sabiendo que cada vez la tenía más cerca y los pocos pasos que le restaban por dar, Juanjo Cobo siempre ha optado por centrar su mirada en lo que le esperaba en las siguientes veinticuatro horas.

El equipo Sky ha pretendido mantener los últimos días la tensión y la presión sobre el cántabro de Cabezón de la Sal en todo momento, pero sin ser capaz de alcanzar los resultados deseados. En las tres últimas etapas, desde que al final del gran duelo en el alto de Peña Cabarga el británico de origen keniano, Christopher Froome, se situó a trece segundos de Cobo la situación se ha mantenido inalterable en la clasificación.

El ataque más duro para intentar el asalto a la atalaya de Cobo, lo protagonizó Froome en el Alto de El Vivero, allí donde la Vuelta tuvo que rendirse a la masiva presencia de aficionados vascos en su regreso a Euskadi treinta y tres años después de no haber vivido un final de etapa.

En El Vivero, Cobo se soldó a la rueda del británico cuando decidió gastar una de las balas que guardaba en la recámara. Otra que gastó hoy fue de fogueo, "se ha equivocado de sitio" destacó Cobo, cuando se lanzó frenético al paso por la pancarta de veinte kilómetros, cuando la bonificación estaba algo más adelante.

El ciclista que dirige Joxean Fernández Matxin, que destaca su "enorme calidad y es todavía mejor persona", ha tenido que gestionar adecuadamente la presión y la tensión de defender el liderato de una grande. No en vano consumió hasta el pasado mes de mayo, cuando empezó a reaccionar, del vació en el que vio empujado durante un año y medio.

Con menos de un centenar de kilómetros por cubrir para completar los 3.330 inicialmente previstos, en una etapa en la que la organización prevé un promedio intermedio más propio de cicloturistas que de ciclistas profesionales a 34 por hora, todavía no quiere pensar que tiene el jersey rojo en propiedad.

Son las últimas veinticuatro horas que debe consumir 'el bisonte' para que mañana, cuando se celebra el décimo aniversario del doble atentado contra las torres gemelas que estremeció al mundo, pueda tener la certeza de que ha despertado de su sueño y que éste es una realidad.

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