Espinosa, la reina panamericana de clavados que sueña con el oro olímpico

  • En la gran trayectoria en los saltos de la mexicana Paola Espinosa figuran medallas y títulos de todo tipo, pero hay algo que le hace falta y por lo que entrena cada día: una medalla de oro en Juegos Olímpicos.

Douglas Marín

Guadalajara (México), 30 oct.- En la gran trayectoria en los saltos de la mexicana Paola Espinosa figuran medallas y títulos de todo tipo, pero hay algo que le hace falta y por lo que entrena cada día: una medalla de oro en Juegos Olímpicos.

"El oro olímpico es lo que más me ilusiona y por lo que trabajo todos los días de mi vida", afirmó Espinosa a los periodistas tras ganar tres oros en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, unas justas que calificó como "increíbles".

La mexicana cree que Londres 2012, sus terceros Juegos Olímpicos, puede ser la oportunidad de colgarse un oro y superar lo que hizo en Pekín 2008, cuando junto a su compañera Tatiana Ortiz ganó bronce en el sincronizado desde la plataforma de 10 metros.

"En unos Juegos Olímpicos nunca se sabe qué puede pasar. Algunas pueden llegar en su día y otras no. Espero llegar yo en mi día", expresó la saltadora al señalar como rivales a vencer a las experimentadas canadienses y las jóvenes promesas como la malaya Pandanela Rinong.

"La vida me va a demostrar si puedo o no ser campeona olímpica", expresó.

Espinosa ganó medallas de oro en Guadalajara en individual desde la plataforma de 10 metros, y los sincronizados desde ese mismo sitio y desde el trampolín de tres metros. Además se llevó un bronce el individual desde el trampolín de tres metros.

Con estas preseas ya suma diez en Juegos Panamericanos, pues en Río de Janeiro 2007 ganó tres de oro y una de plata y en su debut panamericano, en Santo Domingo 2003, cuando apenas tenía 17 años, se adjudicó dos platas.

Esta chica nacida hace 25 años en La Paz, Baja California, en el norte de México, confiesa que el mayor sacrificio que ha hecho por su carrera deportiva ha sido alejarse de sus padres, su hermana y su pueblo natal, cuando apenas era una niña de 11 años.

"El sacrificio más grande que he tenido que hacer es dejar a mi familia. Me tuve que ir al DF (Distrito Federal) para cumplir mi sueño. Al principio no se siente mucho, pero después...", declaró la mexicana con algo de tristeza.

Esta joven de 1,57 metros de estatura y que prefiere a los hombres altos sobre los "chaparritos", dijo que la actuación de México en los saltos de los Juegos Panamericanos, en los que ganó todos los oros, debe servir de ejemplo para los jóvenes y los mexicanos en general.

"Que la gente nos viera ganar sirve para que ellos también crean que pueden ganar. Nos lucimos en casa y demostramos de lo que somos capaces", manifestó la saltadora, ganadora de tres oros en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2012.

Espinosa dijo que contrario a lo que muchos creen sus entrenamientos son "muy pesados" y que en Guadalajara logró un gran resultado pese al cansancio que sintió.

"Me cansé mucho, fue muy agotador participar en todas estas competencias, al final ya no podía ni con mi alma, pero quería hacerlo por mí, por mi entrenadora y por mi país", expresó.

Sobre sus entrenamientos la mexicana dice que el énfasis está en la parte técnica, en el abdomen, las piernas, pero con pocas pesas y para su dicha, nada de atletismo.

"No corro ni por mi vida", dijo entre risas la campeona mundial del 2009.

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