Ferrari llegó a Monza con la idea de que era el primero de los dos órdagos que le quedaban por jugarse esta temporada. Si ninguno de los dos le salían bien, tiraría la temporada por la borda para centrarse en 2014. De momento, en el Gran Premio de Italia nada le ha salido a los del 'cavallino rampante' como esperababn. Vettel volvió a dominar y a ganar sin que Alonso pudiera siquiera pelear.
La siguiente carrera -22 de septiembre en Singapur- dirimirá el futuro de Ferrari. Si en la cita asiática el bólido rojo da un salto de calidad y es capaz de plantar cara a Red Bull, entonces seguirán apostando por desarrollar el coche de este año. Empero, nada hace pensar que será así. Ni siquiera la clasificación actual invita al optimismo.
Aunque Ferrari se postule como el mejor coche de este sprint final del año, Vettel depende de sí mismo para ser campeón. Es el único piloto de la parrilla que puede decir eso. Ya no necesita ganar ni una carrera más para sumar su cuarto entorchado. Con acabar segundo en los 7 Grandes Premios que restan, el teutón será campeón.
Así lo dice la calculadora. Ahora mismo la diferencia entre Vettel y Alonso es de 53 puntos. El ganador de un Gran Premio suma 25 puntos y el segundo, 18. Por tanto, uno a otro le resto siete puntos. Si Fernando ganara todas las carreras que quedan y Vettel acaba segundo siempre, el asturiano le recortaría 49 puntos y se quedaría a cuatro del teutón.
Si difícil pintaban ya las cosas antes de Monza, ahora que Fernando logre el Mundial en este año 2013 se ha convertido una misión casi imposible. Vettel ya ni necesita arriesgar -aunque le encante hacerlo- para ser campeón del mundo.
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