Ferrari necesitaba casi un milagro en Monza para solucionar los problemas del sábado. O eso o una salida magnífica con la que se libraran de Hulkenberg -que se erigió protagonista de la clasificación marcando el tercer crono de la sesión- y pudieran presionar a los Red Bull.
Dicho y hecho. Tanto Massa como Alonso fueron los más rápido en acelerar cuando el semáforo se apagó. El asturiano, que salía por la zona limpia, se tiró al otro lado de la pista, con el objetivo de coger la estela de Massa. Ambos superaron a Hulkenberg mientras Fernando volvía al exterior para coger la trazada ideal de la primera chicane.
Vettel, que llegó a la curva primero sin grandes problemas, se pasó de frenada y blocó uno de sus neumáticos delanteros, obligando al pelotón a hacer lo mismo para no llevárselo por delante. El Ferrari de Alonso se quedó a centímetros de tocarse con varios coches. El asturiano fue prudente en la doble curva derecha-izquiera, por lo que perdió la cuarta posición, aunque logró traccionar mejor y volvió a situarse detrás de Mark Webber.
El australiano cedió su posición ante Massa, que pasó del cuarto al segundo puesto en los primeros cuatrocientos metros. Así, tras la primera curva la situación de la carrera era un doble 'sándwich' de Red Bull y Ferrari: Vettel, Massa, Webber y Alonso.
Apenas duró tres vueltas esta situación de carrera. El tiempo que tardó Fernando en atacar a Webber en la segunda chicane. Le superó en una zona de DRS y apurando hasta el último milímetro de pista para poder frenar más tarde. Se le notaba a Fernando que tenía que arriesgar a tope para poder ir a por Vettel.
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