¿Felicitará Mourinho a Preciado por el empate del Sporting ante el Barcelona?

  • La racha victoriosa del Barcelona se cortó en El Molinón. El líder sólo pudo sacar un empate (1-1) ante el Sporting y este pinchazo podría aprovecharlo el Real Madrid para recortar distancias. Es curioso, pero Preciado ha podido echar una mano a Mourinho, al que llamó "canalla" hace meses tras un comentario del técnico portugués sobre su planteamiento en el Camp Nou ante el Barcelona que le sentó fatal.
El entrenador del Sporting, Manuel Preciado, feliz tras empatar con el Barcelona
El entrenador del Sporting, Manuel Preciado, feliz tras empatar con el Barcelona
Jorge Ramírez Orsikowsky

Si a Preciado le preguntasen quién le cae mejor, si Guardiola o Mourinho, sin duda respondería que el entrenador del Barcelona. Lo que son las cosas, pero ha hecho una faena a su amigo y un gran favor a su enemigo. ¿Felicitará públicamente Mourinho a Preciado? Esta vez, el entrenador del Real Madrid no tendrá queja del Sporting, que puso toda la carne en el asador para intentar derrotar al todopoderoso Barcelona, que venía de batir el récord de victorias consecutivas, 16, en Liga. Quizá este partido sirva para que el técnico del equipo gijonés y el portugués entierren el hacha de guerra cuatro meses y medio después.

En la cuarta jornada, el Sporting se plantó en el Camp Nou con ocho cambios en el once habitual de Preciado. El conjunto rojiblanco perdió por un solitario gol de Villa en una noche en la que el Barcelona, gris, echó de menos al lesionado Messi, pero en la que tampoco pasó apuros. Obsesionado por defender (lo hizo bien), el Sporting apenas pasó del centro del campo, apenas dejó tres disparos desviados y aun así metió el miedo en el cuerpo en la recta final a un Camp Nou que en el partido anterior vio a su equipo caer ante el Hércules.

Días después, Mourinho dijo que "ganar la Liga será más difícil si los equipos regalan el partido contra el Barcelona", y lo volvió a recordar poco antes de que el Real Madrid visitara al Sporting, lo que provocó la contundente respuesta de Preciado, que acusó a 'Mou' de ser "un canalla" y dijo que, si por él fuera, lo sentaría con los ultras radicales del equipo gijonés (el portugués, sancionado, no pudo sentarse en el banquillo). El lío estaba montado y la polémica duró días.

Cambio de papeles en El Molinón

En Gijón todo fue muy diferente. El Barcelona tenía a Messi, pero el Sporting salió dispuesto a comerse al rival, lejos de los temores del anterior choque. En 10 minutos llevaba tres disparos a la portería de Valdés, los mismos que en los 90 minutos anteriores, e incluso uno de ellos entre los tres palos. Y en el minuto 16, Barral superó en carrera a Piqué, que tuvo que hacer de Alves ante la desaparición del lateral brasileño en esa jugada, esquivó a Milito y batió a Valdés. El gol gijonés añadía pimienta al duelo y a la Liga.

El resto de la primera parte fue un quiero y no puedo del Barcelona, atado de pies y manos por un equipo local que se vació en la presión. Un único disparo realizaron los de Guardiola, que ofrecieron su peor cara de los últimos meses, quizá de toda la temporada. Y el técnico del líder reaccionó para dar la vuelta al marcador. Pedro sustituyó a Afellay, que a pesar de su calidad todavía chirría en el engranaje azulgrana. Con el canario, el Barcelona sitió al Sporting, que ahora sí, se atrincheró dispuesto a defender el gol de Barral con uñas y dientes. Y sufrió de lo lindo porque el líder no estaba dispuesto a dejar escapar puntos en El Molinón.

Un ex sportinguista, Villa, acortó distancias ante sus paisanos a falta de 10 minutos con una preciosa vaselina aprovechando la salida en falso de Cuéllar. El asedio sobre la portería rojiblanca se recrudeció, si es que era posible, pero el gol milagroso no acabó de llegar. Este pinchazo del Barcelona podría animar una Liga que ya parecía sentenciada, aunque todo pasa por que el Real Madrid logre los tres puntos en el campo del Espanyol. De todas formas, se quede a cinco puntos o no, Mourinho debería felicitar a Preciado por la mano que le ha echado. Seguramente, nunca serán tan amigos como lo son el entrenador rojiblanco y Guardiola, pero de bien nacidos es ser agradecidos.

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