Bayern Múnich y Chelsea pelearon en el estadio Allianz Arena por ser el campeón de la Champions League, y salió vencedor el equipo inglés en la tanda de penaltis. Por lo que no lucharon fue por ser el mejor equipo de Europa porque firmaron un tostón insufrible que hizo añorar a los aficionados al fútbol por la final que pudo ser y no fue: Real Madrid – Barcelona.
Los dos equipos españoles cayeron en semifinales. Tanto Real Madrid como Barcelona eran los grandes favoritos al título, pero tropezaron y dejaron la final huérfana de espectáculo. El Bayern, tercer equipo por potencial del Viejo Continente, es un tanque alemán, una máquina que aplasta, pero sin adornos, sin virtuosismo. El Chelsea, por su parte, se ha abonado a la antiquísima táctica del cerrojazo y a que suene luego la flauta con un balón largo a Didier Drogba.
Así, del posible espectáculo de una final con Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Andrés iniesta, Mesut Özil, Xavi Hernández o Karim Benzema se pasó a un partido de frontón realmente tedioso con un equipo que lo intentaba, el Bayern, pero con más fuerza que puntería, y otro que se limitaba a aguantar, aunque al final se estiró un poco.
Los minutos pasaban y en una hora de partido, los alemanes habían chutado dos veces entre los tres palos (una infinidad fuera), y los ingleses, una. Mucha presión, mucha intensidad, y poquísimo fútbol. Porque juego vistoso se vio muy poquito en el Allianz Arena. Lo poco que pusieron Arjen Robben y Juan Mata, los hombres con más clase de los dos equipos.
Al final, sin embargo, el partido tuvo un final emocionante. Thomas Müller acertó en el minuto 83 con un remate de cabeza feo, a juego con el partido, y adelantó al Bayern, pero el Chelsea reaccionó cerca del final con un remate de Drogba, ¿quién si no? tras saque de esquina de Mata, ¿quién si no? Y luego llegó la prórroga, que con los dos equipos agotados fue muy emocionante y tuvo hasta un penalti fallado por Robben, o parado por Petr Cech.
Y en los penaltis con los que se decidió el título, la suerte, o la mejor puntería, sonrió al Chelsea, que se proclamó campeón de la Champions 2011/12 ante un Bayern que sufrió la maldición del anfitrión.
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