Una vez que Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid alcanzaron la final, se procedió al reparto de entradas. La UEFA adjudicó a cada club un total del 9.000 entradas para distribuirlas entre sus socios y seguidores. El máximo organismo del fútbol europeo se quedó con las 30.000 restantes, ya que se dejan algunas libres por temas de seguridad.
Así, del total de 55.000 asientos que hay en el estadio rumano, más de la mitad la ocuparán "aficionados de la UEFA". Una gran parte de esas treinta mil entradas se dedican a patrocinadores, empresas y demás asociaciones con las que la UEFA tiene contrato y a las que se las regala. El resto se pusieron a la venta por internet entre el 7 y el 20 de marzo, cuando aún se estaban disputando los octavos de final de la competición.
El día 29 del mismo mes se dieron a conocer los resultados del sorteo realizado a través de la web de la UEFA. Ese día, seguidores de equipos como el Manchester United, el PSV (ambos eliminados en octavos mientras estaba abierto el plazo), el Hannover 96, el Schalke 04 (eliminados en cuartos con el sorteo ya concluido) o del resto de equipos eliminados pudieron encontrarse con una entrada para una final en la que no estaba su equipo.
Evidentemente, la mayoría de esas entradas han acabado en la reventa, con el consiguiente aumento de precios que perjudica a los aficionados de Athletic y Atlético. A día de hoy, algunas entradas han alcanzado en los foros de Internet hasta siete veces su precio en taquilla.
Esto en caso de que se revendan. En caso de que los hinchas de los clubes que no han alcanzado a la final y que fueron agraciados en el sorteo de la UEFA decidieran acudir a presenciar la final, se daría un caso curioso: la afición más numerosa en la final sería, en teoría, neutral. Los 9.000 aficionados de cada equipo serían minoría ante los más de 20.000 hinchas del "equipo de la UEFA" que, dicho sea de paso, poco o nada de colorido y ambiente crearían.
Sin embargo, esta situación no es algo nuevo. La UEFA lleva mucho tiempo haciendo este sorteo "internacional" de entradas, como lo denomina el propio organismo. Al final, los únicos perjudicados suelen ser los hinchas de los finalistas que, o bien pagan más en la reventa, o bien se la juegan a viajar hasta la ciudad de la final sin entrada con la esperanza de lograr alguna en la reventa a un menor precio cuando el partido esté a punto de comenzar.
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