Flavinha, la diminuta favorita de Brasil

Subida en la barra de equilibrio, la diminuta Flávia Saraiva deleita al público carioca con su tamaño, su sonrisa y sus posibilidades de ganar en Rio-2016 la primera medalla de la historia de la gimnasia femenina brasileña.

Cada aparición de esta adolescente de 16 años desata una lluvia de aplausos y gritos de ánimo, una ráfaga de tuits y una gran oleada de emoción. Los pequeños se identifican, los mayores se extasían y todas las miradas se clavan en Flavinha.

Su pequeño tamaño (1,33 m, 35 kg), su carisma y su excelente resultado en la barra de equilibrio en las clasificaciones del fin de semana ya la convirtieron en una de las figuras de estos Juegos.

Su popularidad se acrecentó después de que el Time Brasil difundiera fotos de ella posando con 'gigantes' como el jugador de vóley playa Alison (2,03m) o el basquetbolista Nenê Hilario (2,11m).

Neymar y su Seleçao, presentes en la Villa Olímpica el domingo, "también quisieron hacerse una foto con Flávia Saraiva", tuiteó el gobierno brasileña acompañando la imagen en la que se ve a la gimnasta junto al astro del FC Barcelona y sus compañeros de equipo Felipe Anderson y Rafinha.

En el caso de Flavinha, el tradicional abrazo del entrenador adquiere una nueva dimensión: cada vez que termina un ejercicio en un aparato, Alexandre Carvalho la toma en sus brazos y la lleva en volandas algunos metros hablándole al oído.

De Três Rios, su ciudad de origen en el estado de Rio, a la Villa Olímpica de los Juegos cariocas, el salto de Flavinha ha sido impresionante.

Todo comenzó hace ocho años. La idea de hacer gimnasia "vino de mi prima, porque veía que me divertía mucho poniéndome boca abajo", explica.

La joven gimnasta adquirió una pequeña notoriedad en agosto de 2014 en los Juegos de la Juventud en Nankín (China), donde se llevó tres medallas: oro en suelo, y plata en el concurso general y la barra de equilibrio.

Todo se aceleró en 2016. A principios de año firmó con el reputado club Flamengo, al que pertenecen también sus compañeras de selección Jade Barbosa y Rebeca Andrade, y obtuvo patrocinadores.

¿Su objetivo en los Juegos? "Disputar una final olímpica y, quién sabe, ganar una medalla", dijo la gimnasta cuyo ídolo no es la legendaria Nadia Comaneci, sino Simone Biles, el nuevo fenómeno de la gimnasia mundial, tres años mayor y apenas 12 centímetros más alta que ella.

Además de la final por equipos, en la que las brasileñas no pudieron soportar la presión y terminaron en el último lugar, Flavinha se clasificó para la final individual y para la de barra de equilibrio de este lunes, donde sale con la tercera mejor nota.

Sus entrenadores decidieron sin embargo que no se presentara al 'all-around' y se reservara para su aparato favorito, donde tiene verdaderas posibilidades de medalla.

Una vez asegurada la clasificación, Flavinha se ha esforzado por liberarse de la presión. "Quería llegar a la final, pero sin obligación. Por mis propios méritos. Estoy muy contenta de esta nota en la barra. Pero no quiero sentirme obligada, preocupada, quiero disfrutar. Porque si no pasa esta vez no es grave, son sólo mis primeros Juegos Olímpicos".

Su cuerpo y su voz infantil y una desenvoltura fingida no consiguen ocultar su gran determinación, fortalecida con las largas jornadas de entrenamiento, y totalmente dirigida hacia ese podio de barra de equilibrio.

La primera medalla olímpica para la gimnasia femenina de Brasil sería una proeza mucho más grande que Flavinha.

ybl/ra/ma

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