Frialdad entre madridistas y barcelonistas en el primer entrenamiento de la selección

Ni bromas, ni sonrisas, ni palmaditas en la espalda, ni charlas… Casi ni miradas. Por mucho que digan jugadores como David Villa que ya han dado "carpetazo al asunto", lo cierto es que el ambiente entre los jugadores del Real Madrid y el Barcelona parece frío como el hielo. Al menos eso se deduce después de ver el entrenamiento de la selección española en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Quizá lejos de las cámaras, en la concentración, todo sea cordialidad y cachondeo, pero lo que se vio en el césped no ayudó a cerrar la polémica derivada de los cuatro clásicos.

El azulgrana David Villa también dijo en rueda de prensa que "es más una cuestión de fuera". En eso tiene razón el Guaje. Toda la prensa que asistía al entrenamiento de España estaba ojo avizor para ver si pasaba algo entre jugadores blancos y azulgranas, desde alguna broma a una entrada brusca en un rondo. Pero nada pasaba. Parecían extraños que acababan de conocerse, que se tratan con educación pero a los que la timidez impide interactuar un poco más.

Casillas, Ramos, Arbeloa, Albiol y Xabi Alonso por un lado; Valdés, Piqué, Busquets, Iniesta, Pedro y Villa por el otro; entre medias, los otros componentes de la selección. Salieron del vestuario desperdigados, pero separados, y se fueron a la ducha de la misma forma, sin mezclarse.

¿Quiere decir esto que se llevan como el perro y el gato los miembros de los dos equipos? No. Seguramente, esta concentración para los amistosos frente a Estados Unidos y Venezuela ayudará a que las heridas que pudiera haber cicatricen definitivamente. Todo es cuestión de tiempo porque, además, todos son profesionales como la copa de un pino y no harán nada que pueda enturbiar el ambiente de la selección. Aquí todos van en el mismo barco y el objetivo es común.

La selección no se va a resentir

Que nadie se alarme porque en un partido se buscarán y se pasarán el balón igual que lo hicieron en este entrenamiento. Ver un entrenamiento de la selección, con la rapidez que imprimen todos al balón y la precisión de las acciones, es una gozada. Borja Valero, del Villarreal, lo resumió así: "Sólo hacer un rondo con estos jugadores es increíble". Pero en Las Rozas no se vio la complicidad que había antes de los cuatro clásicos.

El seleccionador, Vicente del Bosque, fue a lo suyo y mezcló un poco a los blancos y azulgranas en los dos grupos de trabajo que organizó, y que hicieron los mismos ejercicios en sentidos inverso. La atención estuvo inmediatamente en el que estaban Busquets y Piqué junto a todos los madridistas menos Iker Casillas, que entrenaba con los otros porteros, Valdés y Reina. Junto a madridistas y barcelonistas estaban Capdevila, Iraola, Marchena y Bruno.

En el otro grupo quedaron los otros futbolistas del Barcelona junto a los restantes integrantes del equipo nacional. Las pocas bromas que se percibían desde la grada llegaban de los bromistas oficiales: Joan Capdevila y Reina. También se veía muy sonriente a Cazorla.

Por lo demás, del entrenamiento hay que destacar varias cosas: duró poco menos de una hora y fue muy suave, de recuperación; Villa no lo acabó y se marchó con las botas en la mano antes de tiempo; Iniesta, Silva y Torres apenas tocaron balón, y Manu del Moral también dedicó gran parte; por último, Casillas rompió el empate a uno entre Barcelona y Real Madrid que habían puesto el Guaje y Xabi Alonso, los que se acercaron a la grada para firmar autógrafos antes del capitán.

Los aficionados lo agradecieron y sobre esto no hay duda: quieren a todos y corean sus nombres, aunque es cierto que los gritos dedicados a Iniesta, Villa y Casillas fueron los más sonoros.