Giro de Italia: ¿Cómo afecta la falta de oxígeno a los ciclistas?

    • Disminución del rendimiento, pájaras, hipoxias y, en casos extremos, pérdidas de consciencia son los riesgos que los ciclistas asumen cuando suben montañas mayores a dos mil metros.
    • Ni siquiera un alto nivel de glóbulos rojos o el natural aumento de las pulsaciones y de la respiración aseguran no sufrir algún problema cuando se compite a tanta altura.
Visconti venció en el Galibier, a más de 2.500 metros de altitud
Visconti venció en el Galibier, a más de 2.500 metros de altitud

Durante este Giro de Italia hemos visto a los ciclistas subir puertos de montaña de más de dos mil metros. Las imágenes hablaban por sí solas y reflejaban la dureza del deporte de la bicicleta. A tanta altura, los ciclistas tienen que competir entre ellos y rendir al máximo pese a que hay menos oxígeno, sufren más radiación del sol y su cuerpo pierde más líquido.

De esos tres síntomas, que todo el mundo sufre cuando aumenta su altitud, el peor para el deportista -y en este caso para el ciclista- es el de la falta de oxígeno. El oxígeno es el combustible de los músculos y el que impide que se fatiguen. Si falta oxígeno, los músculos no pueden realizar su tarea de manera óptima. En este primer estadio de afectación, el rendimiento baja, aunque el ciclista puede continuar su marcha sin mayores problemas.

Sin embargo, ante un esfuerzo continuado a mayor altura el cuerpo puede sufrir daños mayores. Así, si el cuerpo reclama más oxígeno del que el ciclista es capaz de inhalar, se puede producir una hipoxia. En un primer momento el ciclista puede sufrir dolor de cabeza, naúseas y mareos.

Son síntomas claros de que su cuerpo no está bien oxigenado. El término ciclista para este primer nivel de falta de fuerzas por culpa de la altura es el de 'pájara'. El temido 'hombre del mazo' hace su aparición y golpea con furia y sin piedad al ciclista hasta que corona el puerto y al descender puede obtener mayor cantidad de oxígeno.

En un caso extremo, el ciclista puede sufrir una pérdida de consciencia repentina si la oxigenación del cerebro es insuficiente. Esto es muy raro verlo a día de hoy en ciclismo profesional porque, además de tener una forma física excelente (y unos altos niveles de glóbulos rojos), el nivel de oxígeno en los puertos más altos aún es suficiente como para poder satisfacer las necesidades mínimas de un cuerpo bien preparado.

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