Importante impacto económico para una Sevilla en plena crisis

  • La disputa de la final de la Copa Davis del 2 al 4 de diciembre en Sevilla ha sido una apuesta del ayuntamiento hispalense que supone un sacrificio presupuestario pero compensable con creces, según las autoridades municipales, por el gran impacto económico que supondrá en esta época de gran crisis.

Antonio Gutiérrez

Sevilla, 30 nov.- La disputa de la final de la Copa Davis del 2 al 4 de diciembre en Sevilla ha sido una apuesta del ayuntamiento hispalense que supone un sacrificio presupuestario pero compensable con creces, según las autoridades municipales, por el gran impacto económico que supondrá en esta época de gran crisis.

Una vez que España se clasificó para la final tras superar a Francia en la semifinal disputada en Córdoba el pasado septiembre, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, anunció la intención de presentar la candidatura de la ciudad para albergar la final, como ya se hizo en la edición de 2004, que concluyó con éxito deportivo hispano al superar a Estados Unidos.

'Sevilla Ciudad Talismán' fue el lema elegido en la propuesta presentada a finales de septiembre ante la Real Federación Española de Tenis (RFET) que tuvo que competir en principio con Madrid, Málaga y Valencia.

La candidatura madrileña se retiró de la relación de aspirantes porque técnicos deportivos y gran parte de los tenistas mostraron su predilección por jugar al nivel del mar, y posteriormente fue Málaga la que también optó por no presentar su proyecto.

Quedaron en la carrera Valencia y Sevilla y el 5 de octubre la RFET anunció que la capital andaluza era la elegida, aunque no sin polémica pues ese mismo día la Federación de Tenis de la Comunidad Valenciana (FTCV) mostró públicamente su disconformidad al considerar que unos cambios en el pliego de condiciones, que perjudicaban a su proyecto, no se ajustaban a derecho.

No obstante, el presidente de la RFET, el sevillano José Luis Escañuela, dejó el asunto por zanjado al señalar que fueron informes técnicos y jurídicos los que inhabilitaron la propuesta valenciana.

A partir de ahí, el ayuntamiento de Sevilla, como ciudad organizadora, ha tenido que pagar un canon de un millón de euros y además se ha tenido que hacer cargo de adecuar el Estadio de La Cartuja e instalar dos pistas de tierra batida, una principal y otra de entrenamiento.

Por estos conceptos, el ayuntamiento deberá desembolsar unas partida de 429.000 euros (instalación de una cubierta), 476.000 euros (graderío adicional) y 112.000 euros (pistas), lo que unido al canon hace que el presupuesto de gastos directos supere en algo los dos millones de euros.

Este presupuesto motivó otras polémicas, pues el alcalde de Sevilla solicitó el apoyo de la Junta de Andalucía, como lo hizo en 2004 con setecientos mil euros, según recordó Zoido, pero el Gobierno andaluz anunció que se adhería institucionalmente al proyecto pero que por la situación económica y de austeridad no podía contribuir con dinero público.

Además, la instalación de las canchas de tenis ha motivado una denuncia contra el Ayuntamiento y la RFET de una empresa -Impersport- que considera que tenía el derecho a ejecutar esta obra pero que no lo ha hecho al elegirse otra -Greenset- que presentó un presupuesto inferior.

Pese a estos inconvenientes, tanto la Federación como el Ayuntamiento destacan la gran compensación que recibirá la ciudad por el impacto económico de todo orden, que se cifra, según han señalado en estas instituciones, en una horquilla variable que rondaría los treinta millones de euros e incluso lo superaría.

Un dato de este impacto en el apartado de promoción de la ciudad es, según el presidente de la RFET, que la previsión de seguimiento por televisión rondará unos 2.500 millones de espectadores en todo el mundo.

También está previsto que el organizador local (Ayuntamiento) reciba el cincuenta por ciento de lo recaudado en concepto de venta de abonos para los tres días de competición.

Los precios de los abonos van desde los 180 euros, los más baratos, hasta a los 390 euros, los más caros, en una instalación que superará los veintidós mil espectadores.

En este sentido, la recaudación en la edición de 2004 por taquillaje se estimó por los organizadores en 2,5 millones de euros y para esta los precios han subido, aunque los datos exactos no se conocerán hasta la conclusión del torneo.

Con todo, independientemente de conocer el equipo que será el vencedor deportivo, el objetivo es que gane en general toda la ciudad y su área de influencia, especialmente invadida por la crisis económica, con la actividad que genera antes, durante y después la final de una Copa Davis.

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