'Iron Maider', el tesón y el sacrificio de una luchadora

  • Después de sufrir una grave lesión de rodilla en 2011, pocos confiaron en que Maider Unda cumpliría su sueño olímpico. Sin embargo, con 35 años, 'Iron Maider' se colgó a base de tesón y sacrificio la primera medalla de la lucha española.

Dani Bosque

Londres, 9 ago.- Después de sufrir una grave lesión de rodilla en 2011, pocos confiaron en que Maider Unda cumpliría su sueño olímpico. Sin embargo, con 35 años, 'Iron Maider' se colgó a base de tesón y sacrificio la primera medalla de la lucha española.

Maider Unda (Vitoria, 02-07-1977), o 'Iron Maider' como rezaban las camisetas verde pistacho de sus seguidores que la animaban desde la grada del Excel Arena, se quedó a las puertas del podio olímpico en Pekín 2008, cuando quedó quinta al perder su último combate.

Desde entonces, marcó la cita de la capital británica en su calendario y con la capacidad de sacrificio indispensable en esta disciplina llegó a Londres con un solo objetivo en su mente: alzarse con la medalla olímpica.

Pero el camino nunca fue fácil: ni durante el último ciclo olímpico, ni desde que empezó a practicar este deporte a los 9 años en Oxtandio, primero en la modalidad de Sambo y después en lucha libre.

Además de pelear contra sus oponentes, Maider Unda, que fuera de los tapices se dedica a criar ganado y elaborar quesos, ha tenido que luchar contra su propio cuerpo, que le ha fallado en momentos clave, y se ha abierto camino en la elite mundial de este deporte procediendo de un país donde no había tradición ni conocimiento.

Hace catorce años, cuando fue campeona de España, sólo tenía una rival y ganó el único combate que le dio el título. Después ganaría el mismo trofeo en otras once ocasiones y aumentaría su palmarés con medallas de mundiales, europeos y Juegos Mediterráneos.

Pero la luchadora vasca también ha conocido el lado más ingrato de este deporte basado en el cuerpo a cuerpo y que es tan duro y exigente físicamente como desconocido para el gran público.

En 2001 sufrió una rotura de pómulo, dos años después una rotura de menisco y ligamento interior cruzado la dejaron fuera de circulación durante seis meses y en 2004, con Atenas en el horizonte, sufrió una bursitis en la rodilla izquierda que le hizo perderse toda la temporada.

Su cita con la historia del olimpismo tuvo que esperar hasta Pekín, donde se quedó a las puertas del podio con una muy meritoria quinta plaza que, de paso, le sirvió para dar a conocer durante unas horas su deporte al público español.

Sin embargo, como la memoria del aficionado es frágil y no entiende de diplomas olímpicos, la luchadora vasca persistió en su objetivo y consiguió su sueño justo cuando más dificultades se le plantaron en el camino.

Dieciocho meses antes de Londres 2012, una grave lesión de rodilla -Unda se rompió el ligamento cruzado, el anterior y el menisco- pareció acabar definitivamente con las esperanzas de esta vitoriana de subirse a un podio olímpico.

Pero a pesar de sus 34 años, la alavesa consiguió superar su lesión y clasificarse para la cita de la capital británica en el último momento después de ganar el Preolímpico.

Una vez en el Excel Arena y con decenas de amigos y familiares animándola desde las gradas, no dejó escapar su oportunidad y se hizo con su preciada medalla después de ganar en una exhibición de fuerza e inteligencia a la bielorrusa Vasilisa Marzalyuk.

"Es mía. No sé si me lo creo o no me lo creo", dijo justo al recibirla, sentimiento de incredulidad que también compartía el entrenador nacional, Francisco Barcia, que junto con Luis Crespo, su técnico en Vitoria, la ha acompañado en este camino titánico.

"Es una luchadora, está hecha a sí misma y tiene muchas ganas de hacer cosas. Nunca tienes que decirle nada porque ya sabe lo que tiene que hacer. Su tesón y su carácter la han llevado hasta aquí", explicó Barcia, a quien aun le duraba la emoción media hora después de terminar la pelea.

Emoción no solo por el éxito de 'Iron Maider', sino por el éxito de la lucha española que, tras décadas de vivir a la sombra de otros deportes, ha encontrado en estos Juegos una merecida recompensa a tanto sacrificio.

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