Fernando Pérez
León, 9 jun.- El ucraniano Vasily Ivanchuk mostró hoy su raza de campeón y pese a que tenía perdido el XXVI Magistral de Ajedrez Ciudad de León ante el joven prodigio holandés Anish Giri, fue capaz de sobreponerse en la última jornada para apabullar a su rival y maquillar su derrota.
Su mirada ya denotaba que había recuperado el pulso después del abatimiento de la jornada sabatina en la que incluso deslizó un posible amago de retirada, rápidamente retirado después de este resurgimiento, para pensar ya en el que será su próximo compromiso en el mes de julio.
Cuando todo parecía conducir a una humillación, porque el último día del Magistral favorecía, a priori, a la agilidad mental en la ejecución de Giri, con una decena de partidas rápidas, reapareció la mejor versión del "genio despistado" para infligir a una de las figuras del futuro en el ajedrez un severo correctivo.
Incluso, en el balance general y así lo destacó el propio Ivanchuk exultante en rueda de prensa, logró más triunfos parciales que Giri tras vencerle en la jornada dominical por 7,5 a 2,5, después de ganar brillantemente la primera, igualar la segunda sin muchos problemas e imponerse en las dos siguientes, dejando que su rival tan solo venciera en la sexta.
Los dos triunfos más que convincentes, incluso con una inesperada superioridad, del holandés, el viernes en partidas lentas (1,5 a 0,5) y sábado en semirrápidas (3,5 a 0,5), dejaron la última jornada del Magistral en un mero formulismo, tan solo para que el ucraniano intentara lavar su deteriorada imagen ofrecida en su tercera comparecencia en León.
Bien por el posible cansancio acumulado después del torneo en Tesalónica (Grecia) o porque su rival se manejó a la perfección en ritmos lentos, en principio más ventajosos para el campeón del Magistral en 2008, lo cierto es que el enfrentamiento entre las dos generaciones del ajedrez no tuvo color en este último envite.
Giri, a sus 18 años demostró que tiene por delante un futuro tan halagüeño como el que se pudo constatar en la cita ajedrecística leonesa con el noruego Magnus Carlsen, el "Mozart" de este deporte y que ya dejó muestras de lo que luego conseguiría, para alzarse a lo más alto de la hegemonía mundial.
Con su cara juvenil y su mirada inquisitiva tras sus gafas, el joven jugador de ascendencia ruso-iraní no descartó, incluso, que pudiera llegar a plantear en un futuro, si se presentara la oportunidad, el que León se convirtiera en sede de un torneo clasificatorio para el título mundial, dada su positiva experiencia en esta cita.
El mejor jugador mundial sub-20 tenía aún fresca en su memoria la victoria, meses atrás, en el Nacional por equipos, formando parte del Sestao, que se impuso de manera holgada y con suma autoridad, pese a no figurar entre los favoritos.
Ivanchuck, por su parte, había sembrado, tras la segunda jornada una más que preocupante incertidumbre sobre su futuro, no descartando un punto y final a su exitosa carrera, cuando es uno de los pocos jugadores de la elite mundial que supera la cuarentena -44 años-.
Sin embargo, preguntado a la conclusión del enfrentamiento por las razones de su "transformación" en la última jornada, daba muestras, una vez más, de su excelente sentido del humor para afirmar: "simplemente se ha debido a que me he tomado una cerveza maravillosa por la mañana al levantarme".
El ganador del Magistral 2013, el más joven en el palmarés del torneo en lograrlo, tiene en mente dedicarse los dos próximos años en exclusiva al ajedrez "para comprobar cómo es la vida de un auténtico profesional, sin descartar que combine la carrera de ajedrecista con otra universitaria, posiblemente la de psicología", e incluso aspira a reinar en este deporte. EFE
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