Jenny Dahlgren vuelve a Asia con el objetivo de repetir final

  • La argentina Jenny Dahlgren tiene un buen recuerdo de Asia. En ese continente logró clasificarse, en la ciudad surcoreana de Daegu en 2011, a su única final en un Mundial en lanzamiento de martillo. Cuatro años después compite en Pekín.

A sus 30 años, esta argentina, de apellido sueco por su abuelo, tiene una de sus últimas oportunidades de repetir final en una cita importante.

Tras no haber clasificado a las finales de los Juegos Olímpicos de 2004, 2008 y 2012, ni a los Mundiales de 2007, 2009 y 2013, el noveno puesto en Daegu es su mayor logro.

El Mundial de Pekín es una nueva oportunidad, con los Juegos Olímpicos de Rio, los primeros en Sudamérica en 2016, en el horizonte.

En Daegu-2011 fue novena con un lanzamiento de 69,72. Con una marca similar, el miércoles en las calificaciones, sacaría su segundo billete para una final de un Mundial.

"En las calificaciones, espero estar lo mas cerca posible de la barrera de los 70 metros, que significaría pelear un lugar en la final", afirmó en una entrevista a la AFP.

En los Juegos Panamericanos de Toronto, solo pudo ser séptima, pero espera estar preparada en Pekín.

"El 2015 fue bastante duro para mí. Recién en este ultimo mes me he sentido bien en los entrenamientos y en los torneos, pero eso solo significa que encontré mi ritmo en buen momento. Espero hacer un buen papel en Pekín", añadió.

La argentina considera que su preparación ha sido buena.

"Hemos estado en Papendal, en Holanda. La preparación fue sólida y me siento bien", explicó.

El objetivo en este Mundial es llegar a la final, y en las calificaciones debe luchar contra sí misma para hacer la marca necesaria.

"Mi objetivo es pelear un lugar en la final y todas son mis rivales. Seremos 32 peleando por 12 lugares. Nada fácil. Pero lo que me encanta del atletismo es que el rival mas fuerte siempre es uno mismo", indicó la lanzadora de martillo.

Una segunda final le daría una nueva alegría, tras el noveno puesto de Daegu, aunque a la pregunta de si le cambiaría en algo, cree que no.

"No creo que otra final Mundial me cambiaría la vida, aunque si sería una satisfacción inmensa para mi y para mi entrenador, que trabajamos siempre hacia objetivos fuertes como éste", concluyó la lanzadora.

En caso de acercarse a sus marcas: 72,01, este año, y 73,74, su mejor registro personal y su récord nacional, logrado en 2010, tendría muchas posibilidades de hacer un buen papel en Pekín.

psr/jt

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